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 miércoles, 27 de diciembre de 2006  
El jugador le contó a Ovación los pormenores de su vuelta al fútbol tras superar un cáncer linfático
Juan Ramón Fleitas y una historia con final feliz
El delantero dijo que basó su recuperación en el apoyo de la gente, pero sobre todo en sus hijos y en la fe en Dios

Elvio Evangeliste / La Capital

"Antes de entrar a la sala de quimioterapia siempre hacía un dibujo imaginario: de la puerta hacia afuera era la manga, la sala era la cancha, y al resto de las personas que se encontraban en tratamiento, muchos estaban peor que yo, las sentía como mis compañeros de equipo. Siempre sentí que la cosa dependía de mí. Así como cuando entrás a la cancha y tenés la pelota, lo mismo sentía en cada sesión de quimio". La historia de vida que Juan Ramón Fleita carga sobre sus hombros no es una más. Es pesada, dolorosa, con ribetes altamente emotivos, pero, lo que es más importante, es una historia con final feliz. El Mal de Hodgkin (cáncer en el sistema linfático) que se le atravesó de golpe y porrazo allá por enero de 2002 lo mantuvo "un par de minutos con la mente en blanco" en el momento en el que el médico de Huracán Edgardo Locaso le comunicaba la desagradable noticia. Pero el Lagarto no se achicó. Apeló a su fuerza interior, encaró la situación con guapeza, como en sus épocas más picantes de delantero, y los resultados están a la vista. Hoy goza y disfruta no sólo de haberse recuperado, sino de haber vuelto a las canchas. "En eso creo que hay un doble mérito de mi parte, porque además de recuperarme volví a jugar, cuando tranquilamente me podría haber dedicado a otra cosa", mencionó.

Segundos antes de iniciarse la extensa entrevista con Ovacion, Fleita fue puesto en aviso acerca de qué se iba a charlar, otorgándole la chance, si lo consideraba adecuado, de ni siquiera abrir el grabador. La respuesta fue una muestra cabal de cómo tomó -y sigue tomando- el tema: "Dale nomás, no tengo ningún problema en hablar de lo que me pasó. Es más, me hace bien charlarlo, y no sólo por mí, sino porque con lo que diga tal vez pueda ayudar a otra persona que esté pasando por lo mismo".

En ese enero fatídico Fleita estaba realizando la pretemporada en Mar del Plata para Huracán. Fue allí cuando Locaso le comunicó la enfermedad que padecía. "Era difícil imaginarme el futuro porque sólo pensaba que me iba a morir, así de simple", tiró con total sinceridad. Pero de la misma forma contó que frente al tremendo discurso del facultativo lo primero que atinó a decir fue: "Sabe qué doc, yo me voy a curar y voy a volver a jugar (sic)". Dicho y hecho, tras un año y dos meses de recuperación, el Lagarto volvió a calzarse los cortos y hoy busca el ascenso a la B Nacional con Unión de Sunchales (antes jugó en otros clubes), club que milita en el torneo Argentino A.

-¿Qué fue lo primero que pensaste cuando te enteraste de lo que tenías?

-Sinceramente en ese momento ni se me cruzó por la cabeza pensar si iba a volver a jugar. Sólo pensaba en que me iba a morir, así de simple. Cuando me comunicaron lo que tenía me acuerdo que estuve un par de minutos con la mente en blanco, sin pensar en nada y con todas las fuerzas que sentía le dije "sabe qué doc, yo me voy a curar y voy a volver a jugar". No me olvido más de ese momento. Obviamente él se puso muy contento por la forma en que tomé el tema.

-¿Tan convencido estabas?

-Sí. Es más, creo que la recuperación empezó desde el momento que me diagnosticaron la enfermedad. Uno puede ir al psicólogo, y eso también es respetable, pero la fortaleza está en uno mismo. También estoy convencido que la fe en Dios fue fundamental.

-¿En qué basaste tanto convencimiento?

-En dos motivos: en mis hijos y en la fe en Dios que tengo desde chico. Ese fue el motor principal para poder atravesar una enfermedad tan compleja. Es que es una enfermedad y como tal se puede curar. Igualmente creo que nada hubiera sido posible sin el apoyo que tuve de muchísima gente. Te puedo asegurar que fue increíble.

-Es un sentimiento muy noble el de querer hablar del tema con la intención de poder ayudar a otra persona que esté pasando por una situación similar.

-Es que es así. Siempre digo que mientras uno sea consciente y tenga fe, todo se puede lograr. Apoyarse en la familia y los amigos te ayuda a sacar esa fuerza dormida que tenemos guardada.

-En circunstancias como esas no debe resultar difícil encontrar esa fuerza.

-Para nada. Con lo que me pasó me di cuenta que todas las personas, en situaciones límite, tenemos una fuerza escondida que sacamos afuera en esos momentos. ¿Viste cuando alguien dice "saqué fuerza no sé de dónde?". Bueno, es eso.
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"Haciendo un balance de mi carrera profesional creo que fue muy buena", aseguró el delantero.

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