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miércoles,
27 de
diciembre de
2006 |
El verdadero
sentido de las
pequeñas cosas
A veces, en la mayoría de los casos, es necesario tener que atravesar por circunstancias límite para comenzar a darle mayor entidad a las cosas simples que hacen a la cotidianeidad. La historia de Juan Ramón Fleita es uno de esos casos testigo.
-¿Pasó mucho tiempo hasta que empezaste a valorar otras cosas?
-No, porque rápidamente te das cuenta de muchísimas cosas. Empezás a vivir cada instante, a disfrutar cada momento, de estar con tus hijos y tu mujer, de decirles "te amo", de estar con los amigos... Hoy por ejemplo siento eso en el vestuario con mis compañeros. Además nunca voy a olvidar las muestras de apoyo que tuve tanto dentro como fuera del fútbol.
-También te puede parecer una locura, más allá de que a muchos les pasa, hacerse mala sangre porque se pierde un partido de fútbol.
-Seguro, a la par de lo que me pasó, perder un partido es una tontera. Obviamente cuando uno entra a la cancha quiere hacer goles y jugar el mejor partido de su vida, pero comparando con lo que me tocó vivir es una pavada. Siempre les digo a los muchachos que hay que valorar cada momento, no sólo el entrar a una cancha, sino también el pasar buenos momentos por más ínfimos que sean. Hoy estoy convencido que no hay que dramatizar tanto cuando las cosas no se dan en el fútbol, sino que hay que dar lo máximo y disfrutar el día a día. Nadie sabe lo que va a pasar mañana, por eso hay que vivir a pleno el presente.
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