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miércoles,
27 de
diciembre de
2006 |
Efemérides
Un 27 de diciembre...
1689: Comienza la historia de la futura Rosario
El capitán y comerciante Luis Romero de Pineda, gracias a una merced real concedida el 29 de agosto de 1689 por el gobernador del Río de la Plata José Herrera Sotomayor, toma posesión del terreno que hoy ocupa la ciudad de Rosario. Pineda había comprado en 1677 los derechos sobre los ganados dispersos de esta zona. Al año siguiente gestionó que se lo respetara por quienes cuereaban sin su permiso y para ratificar sus derechos gestionó una merced sobre estas tierras, hasta entonces fiscales. La extensión del terreno que se le dio era un rectángulo de unos 33 por 25 kilómetros que tenía como límites el río Paraná al este, seis leguas al oeste, y desde el arroyo Salinas (hoy Ludueña) al norte al paraje La Matanza -ubicado entre los arroyos Frías y Seco- al sur. Luego, como la merced implicaba una radicación y un emprendimiento, Pineda insistió en tomar posesión efectiva, la que realizó el martes 27 de diciembre de 1689 a las cuatro de la tarde y en presencia de cuatro testigos. En el acta de este hecho se dice: "En este paraje de Saladillo, jurisdicción de la ciudad de Santa Fe de la Veracruz, como a 28 leguas de la dicha ciudad de Santa Fe, cae entre medio del paraje que llaman de Salinas y Matanzas (...) dí posesión al capitán Luis Romero de Pineda de las tierras referidas, y lo cogí por la mano, y lo metí en posesión real y actual jure domine bel quasi de dichas tierras de día claro, como a las cuatro de la tarde, en concurso de gente y en señal de posesión quedando en ellas quieta y pacíficamente sin contradicción alguna. Fueron testigos presentes de esa posesión el capitán Juan Ramírez, Pascual Arce, Juan Montero e Ignacio Bustamante y es hecho en dicho paraje del Saladillo en veinte y siete del mes de diciembre del año mil seiscientos ochenta y nueve en este papel común a falta de sellado y lo firmó consigo el dicho capitán Luis Romero de Pineda y dichos testigos por falta de escribano Real". Firmado: Agustín Gómez Recio de Villagrán. Pineda construyó entonces la estancia de la Concepción, y luego muchas familias trabajadoras se fueron asentando en sus alrededores. Similar a un acta de nacimiento, este fue el primer documento que un particular obtuvo para detentar una irreprochable legitimidad jurídica sobre estas tierras.
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