Viajeros del tiempo

La apariencia es todo. Una mujer elegante y de mucha experiencia decía a su hija, linda persona que se complacía en verse excesivamente pálida: "Ten cuidado, querida hija; las mujeres jóvenes que no usan afeites son siempre dejadas por otras coquetas que los usan por demás", y esta predicción se cumplió. Es cierto también que una mujer por bella que sea no debe descuidar ni desechar imprudentemente los accesorios de seducción necesarios porque en tal caso una rival de mediocre hermosura que sabe hacerla valer con los afeites llega a ser más atrayente que ella. En este mundo donde la apariencia es todo, el primer deber de la mujer es el de encantar, emocionar. Por consiguiente, está en todo su derecho cuando trata con el artificio de corregir lo que su semblante puede tener de defectuoso. Siendo ídolo, debe dorarse para ser adorada, y debe pedir al arte del cosmético el modo de elevarse por encima de la naturaleza para mejor subyugar los corazones e impresionar los espíritus. Importa poco que la astucia y el artificio sean conocidos de todos si el éxito es cierto y el efecto irresistible.

Comida virtual. Con motivo de las denuncias relativas a la mala alimentación de los presos existentes en la cárcel de Hushuaia, la intendencia de marina informó al ministerio que la ración diaria asignada a cada recluso se compone de 500 gramos de carne fresca, 400 de harina de trigo, 300 de papas, 40 de porotos, 60 de harina de maíz, 60 id. de maíz blanco triturado, 30 de sal, 35 de yerba mate y 40 de azúcar.

Escolares a las piñas. Ayer, en una de las calles centrales de esta ciudad, dos grupos de chicuelos escolares se tomaron en pelea a golpes de puños y pedradas, y produjeron un desorden fenomenal que escandalizó al vecindario y del que bien pudieron esos muchachos salir seriamente lesionados. Durante todo el tumulto no se vio a un solo agente, y eso que la comisaría 3a. está a una cuadra del sitio del desorden infantil. Como es probable que esto se repita, llamamos la atención del comisario inspector para que establezca allí la vigilancia necesaria y proceda contra estos pequeños alborotadores que necesitan una severa corrección. También los padres y maestros de esos niños deben tomar medidas para que no se repitan esos espectáculos que chocan con la cultura general y que son muy peligrosos por los proyectiles que se arrojan los combatientes.

Investigación y realización Guillermo Zinni ©

La Capital 1900/1905