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 miércoles, 27 de diciembre de 2006  
Rosario quiso también tener su gran fiesta

Sin gran convicción, Rosario se sumó a la tendencia que marcó la temporada musical porteña: las visitas de músicos extranjeros. Y lo hizo, básicamente, gracias al coraje de los productores de espectáculos que se atrevieron a asumir los riesgos que impone programar en la ciudad artistas de renombre internacional. Su valentía tuvo su premio, ya que los números que trajeron les dieron buenos dividendos.

La primera señal de que los rosarinos estaban ávidos de tomar parte del fenómeno que con la llegada de los Rolling Stones, U2, Robbie Williams y, más tarde, Ricardo Arjona, sacudió al país y evocó los tiempos de gloria del "uno a uno", fue el escándalo que se desató a comienzos de febrero cuando se pusieron en venta las entradas para el recital que Joaquín Sabina tenía previsto ofrecer el 21 de mayo en el estadio cubierto del Club Provincial.

Las cinco mil entradas que se pusieron a disposición del público se agotaron en unas pocas horas, viviéndose momentos de tensión frente al local que Tarjeta Naranja posee en Corrientes entre Córdoba y Santa Fe cuando los organizadores del show anunciaron que las localidades estaban agotadas. Fue una señal del interés que los espectadores tienen de espectáculos de buen nivel y de su buena disposición para pagar el precio por verlos.

El anuncio de la presentación de Ricardo Arjona en Rosario también generó largas colas de fanáticos , esta vez frente al teatro Broadway. Así fue como el 3 de diciembre el del cantautor guatemalteco ofreció su show ante 30 mil personas en Central, un suceso que sorprendió inclusive a los organizadores del espectáculo que temían por la suerte del concierto.

Algo parecido a lo que sucedió con el debut de Deep Purple en Rosario. Los fans de la banda de heavy rock no podían ocultar el entusiasmo que sentían con la posibilidad de verla tocar en la ciudad, aunque tenían reservas respecto del lugar elegido para la presentación. No obstante,.y a pesar de sus quejas por el precio de las entradas, colmaron el lugar.
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