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sábado,
28 de
octubre de
2006 |
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Nuevo capítulo de una vieja historia
Los choques entre músicos populares y dirigentes políticos en relación con la utilización no autorizada de canciones en campaña no son nuevos. Recordado es el áspero episodio entre el radical Jesús Rodríguez y Vicentico, el líder de Los Fabulosos Cadillacs, con la ley de obediencia debida como eje de la polémica y la canción "Yo no me sentaría en tu mesa" como saldo final. También las quejas de Fito Páez por el uso indebido de ciertas letras suyas. El reciente paso de León Gieco por la capital provincial reavivó esos recuerdos cuando el cantautor de Cañada Rosquín rezongó por el empleo que se le ha dado a su tema "El ángel de la bicicleta", donde homenajeó a Pocho Lepratti. A pesar de que el bueno de León dejó en claro que no piensa recurrir a los servicios de ningún abogado para dirimir el pleito, los sugerentes comentarios que efectuó deben seguir retumbando en los oídos de ciertos dirigentes socialistas. Al menos pidan permiso, che.
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No predica con el ejemplo
Dicen que con el amor a la camiseta no se puede. Que por más esfuerzos de voluntad que se hagan para neutralizarla o pátinas intelectuales que intenten recubrirla, la pasión futbolera desborda todos los diques y termina por aparecer en su dimensión más cruda. De ello dio pruebas días atrás un académico oriundo de la Chicago argentina, experto en lucha contra la violencia, que enseña en la universidad británica de Westminster y en un programa radial fue interrogado sobre cómo prevenir actos vandálicos en los estadios de fútbol argentinos. La cercanía del clásico rosarino obraba como oportuno anclaje informativo. La cosa es que el experto, después de reconocerse hincha de Central, especificó con didáctica claridad las diferencias entre las canchas argentinas y las inglesas, donde no existe ningún tipo de separación ni división entre el campo de juego y las tribunas. Pero ese fue el momento en que la pasión hizo su inesperada entrada en escena: "En la cancha de Central tenemos la fosa y los pechos conservan el alambrado". En fin, si el muchacho continúa con ese discurso va a ser difícil que se preserve la paz.
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¿Es una cebra? No, es un periodista
La cara del hombre de prensa que miraba atentamente el noticiero vespertino de Canal 5 exhibió de pronto una mueca de contrariedad. El cronista, veterano si los hay, de inmediato se dirigió a los controles del televisor a ver si podía solucionar las molestas rayas verticales que habían aparecido de repente. Después de un par de intentos infructuosos, finalmente renunció cuando se dio cuenta de que el aparato no tenía la culpa, sino el sastre. ¿Qué sastre? El que lo viste al periodista deportivo Marcelo Lewandowski, que anteayer apareció en la pantalla con un audaz traje negro con finas rayitas blancas. Tanta elegancia puede crear confusiones. |
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"Kirchner se equivocó, pero ya comenzó a despegarse de Rovira"
Joaquín Piña
Candidato a primer convencional constituyente por la oposición en Misiones
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Escorpio - 24/10 al 21/11 |
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