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domingo,
22 de
octubre de
2006 |
En Foco. La batalla de San Vicente
La batalla campal desatada durante el traslado de los restos de Juan Domingo Perón a San Vicente no sólo constituyen un escándalo de insospechables connotaciones políticas. También tendrán su impacto en factores clave para el escenario económico del mediano plazo.
La gresca entre las columnas del Sindicato de Camioneros y las de la Uocra ofrecen, además de la terrenal conjunción de tiros y ladrillos, una lectura más metafórica respecto de los distintos recorridos que han tenido ambos gremios durante los últimos años. Aún en un escenario de extrema flexibilización, revisar las condiciones de trabajo en ambos sectores puede ser un buen ejercicio.
Lo cierto es que los abucheos al titular de la CGT, Hugo Moyano, y la posterior ofensiva de la corriente sindical conocida como Los Gordos para correrlo de la conducción de la central obrera llega en momentos que se viene una ronda de negociaciones salariales que pretende fijar las pautas de ajuste para el año próximo.
A principios de este año, el gobierno fijó una pauta de aumento del 19% (mentiroso según las distintas actividades), con la ayuda del titular cegetista y el gremio que en los últimos tiempos se convirtió en testigo de las negociaciones salariales.
Desde hace poco menos de un mes, trascendió la información de que funcionarios del Ejecutivo intentan anticipar estos acuerdos para fijar un nuevo techo a la discusión salarial, antes de fin de año. Durante la menos convulsionada convención de la Unión Industrial Argentina (UIA) en Córdoba, los empresarios ya tiraron la cifra del 15%.
Para el gobierno y para los empresarios, acordar un techo a la discusión salarial es parte indispensable de la política de contención antiinflacionaria para 2007, que además es un año electoral. La ronda de acuerdos que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, recomenzó con distintos sectores empresarios no funciona sin esta pauta.
En ese sentido, Moyano, quien a diferencia de los gremios que hoy le disputan el liderazgo fue un opositor frontal del gobierno de Carlos Menem, se convirtió para Kirchner en el principal operador dentro del campo sindical. Una crisis abierta en la CGT podría provocar cambios de interlocutores y de líneas de acción, lo cual deja el final abierto para el escenario después de San Vicente.
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