|
sábado,
21 de
octubre de
2006 |
Una victoria a la altura
El equipo de Santángelo se asoció y pasó por arriba a Defensores
Redondo como el 100. Qué mejor manera de festejar un cumple que con una goleada. Con la alegría que dan las victorias contundentes. El 4 a 0 sobre Defensores de Belgrano fue el cierre ideal de una noche inolvidable para todo Central Córdoba.
El brillo de los fuegos artificiales que cerraron la centenaria celebración permitió descubrir a las estrellas escondidas del pasado charrúa. En cambio, el penal que a los 10 minutos buscaba prolongar el festejo se estrelló en el travesaño. Sí, las figuras también pueden fallar y por eso el derechazo de Bezombe no dio el efecto que sí tuvieron los caños y las pisaditas del 10, que hasta ahí hicieron protagonista al equipo de Santángelo, que atacaba bien pero se desequilibraba del medio hacia atrás por culpa de su búsqueda.
Así fue que Santilli arañó un misil de Consistre y a los 24' un córner de la visita terminó en penal de Raponi a Cambi. Peralta Cabrera primero lo transformó en gol pero el árbitro lo hizo repetir por culpa de un compañero. Le pegó de nuevo, al otro palo, el derecho, y ahí fue el uno charrúa para mantener el cero.
Parecía que el empate se clavaba en el primer tiempo de un juego áspero. El buen toque de los azules no alcanzaba y las contras del Dragón no tenían final. Sin embargo, para Córdoba juega Bezombe y parece que eso alcanza. Tiro libre perfecto, al ángulo derecho y esta vez el palo le hizo un guiño cómplice y la dejó entrar.
El gol contagió. Dos minutos después, Pierani ensayó una rabona en el área, Paredes de tijera no pudo vencer al arquero pero Armani estaba en el lugar de los goleadores y bajó la cortina inicial con un 2 a 0.
No conforme, los charrúas quisieron más fiesta. Y la tuvieron. A los 49' entraron tocando Pierani y Paredes (una gran figura), y al arquero Luna fue a bajarlo, aunque el delantero exageró. Y esta vez Bezombe pudo gritarlo. Tres a cero y a ir por más. Es que Córdoba se defiende bárbaro cuando ataca. Así lo entendieron los jugadores y llegó el cuarto.
Raponi ganó dos veces en el área y con su segundo cabezazo habilitó a Armani, que saltó más alto que todos y corrió a festejar.
Al grito de "Matador, Matador...", el equipo de primera hizo lo que debía en pleno corazón charrúa. Los 100 años llegaron de la mejor forma y sería bueno que la fiesta continúe. Muchos de los hinchas la siguieron en la sede con batucadas y murgas, que tuvieron más sabor con los tres puntos en el bolsillo y una gran actuación de los ídolos de hoy.
enviar nota por e-mail
|
|
|