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 sábado, 21 de octubre de 2006  
Cien años y después
Hubo fútbol nostálgico y de los pibes del futuro, en una emotiva noche de pasión charrúa

Javier Parenti / La Capital

Cien años, cientos de historias en azul y rojo. Aquel 20 de octubre de 1906 se dio el puntapié inicial con un impulso más que suficiente para que hoy los charrúas sientan el orgullo de pertenecer a este gran Central Córdoba. Desde aquellos primeros futbolistas hasta los de hoy, a los deportistas de otras disciplinas que también llevan los colores prendidos en la piel. Todos celebraron e hicieron grande al club de barrio Tablada.

Claro que el fútbol fue el responsable máximo de este Centenario que anoche se festejó en el mítico Gabino Sosa. Un nombre que ilustra como nadie el comienzo de esta historia. Un futbolista distinto por juego y pasión por su club. Luego vinieron varias estrellas que le pusieron brillo a los papeles del recuerdo y otros que hoy mantienen vigente su pasión.

Algunos de ellos anoche se atrevieron a volver a pisar el campo de juego. Los más jóvenes a correr detrás de la pelota, como lo hicieron Andrés Radice, el Bocha Forgués, el Patito Ibáñez, el Colorado Orellano, Sergio Stachiotti, Pablo Cantero y hasta el Negro Almirón. Volvieron a gritar un gol, a evitar otros, a dar pases, como les enseñaron aquellos grandes que ayer coparon el cielo charrúa que es tan sencillo de presentarlo en dos meganombres: Gabino Sosa y Capote de La Mata. O como el gran Trinche Carlovich, al que una operación y un par de muletas no lo dejaron maravillar como lo hizo siempre, con la camiseta cinco que lo distinguía.

Claro, los viejitos se animaron sólo media hora, después los jóvenes y los más chiquitos se presentaron ante su gente.

Custodiado por la vieja estación de ferrocarril, Central Córdoba construyó la historia que ayer se podía repasar desde el césped, en las tribunas, en los rostros de alegría de los hinchas que supieron vivir los grandes momentos como el ascenso, el paso por la primera A y lo más duro, la C, donde se vieron a los charrúas más charrúas.

Esos que siempre están, que anoche se abrazaban y se emocionaban recordando imágenes en azul y rojo. Esos que no pueden despegarse del alambrado, como el viejo Cognini, el Loco Araña, el de las turcas, y hasta Julián Bricco, hoy relator de TV, ex arquero del club en el que bien puede representarse a todos aquellos que defendieron la camiseta para mantenerla vigente aunque no llegaron a destacarse en el primer equipo.

Ningún charrúa de ley se perdió el festejo. Desde temprano o en el cierre, pero apoyando a su Central Córdoba. Dando el primer paso rumbo a los 200 años. Lógico, nadie podrá disfrutar de esa fiesta. Pero ayer hicieron su parte para que los charrúas que vendrán mejoren con logros la fiesta centenaria.
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