|
domingo,
15 de
octubre de
2006 |
Sólo la apariencia
Si ocurre que alguien detenido por sospecha, por ejemplo de tener droga, efectivamente tiene esa mercancía encima, mucha gente deducirá que la detención en base a esa sospecha estuvo justificada. Según la filosofía jurídica es un error: un resultado así no prueba que el operativo haya sido legítimo. Sobre todo porque la detención por sospecha suele fundamentarse en una intuición cargada de contenido discriminador: color de piel, vestimenta, pobreza. Que con mayor frecuencia genera arrestos sin justa causa orientados por prejuicios: una persona de tez clara y con vestimenta costosa de un barrio acomodado también puede tener droga. Sin embargo, el olfato policial difícilmente lo tocará. Tiene más chances de ser confinada por conducta sospechosa una persona que use ropas modestas y viva en un barrio pobre. Independientemente de que esté delinquiendo. Sólo por la apariencia.
enviar nota por e-mail
|
|
|