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domingo,
15 de
octubre de
2006 |
Medicina del futuro
Debido a los últimos adelantos en las ciencias de la vida (proyecto genoma humano, biotecnología, ingeniería genética) es probable predecir que los seres humanos que nazcan en los años 2020 a 2030, vivirán aproximadamente 150 años con una alta calidad de vida. Entre otras maravillas de la biotecnología, avanza a pasos agigantados una nueva disciplina, la medicina regenerativa, de la mano del uso de células madre. El procedimiento ya se usa como parte de tratamientos electivos para numerosas patologías y ofrece una luz esperanzadora para muchas otras, consideradas hasta ahora como imposibles de curar.
Las células madre tienen la característica de reproducirse a sí mismas, ser inmaduras (indiferenciadas) y totipotenciales. En un momento dado, sin saberse por qué (factores ambientales locales, señales químicas, estímulos externos y genéticos) se reproducen en otras, pudiendo dar origen a los cerca de 200 tipos de células distintas que componen el cuerpo humano.
El sueño de los científicos es lograr que esas células madre colocadas en medios de cultivo, hagan el milagro cotidiano que hacen en el útero: transformarse en células hepáticas, neuronas, células musculares y otras.
Aprovechar esta propiedad de las células madre conduce a una nueva revolución en medicina, en la que órganos y tejidos enfermos pueden curarse con reemplazos vivos y/o células cultivadas en laboratorio.
El gran reto es controlar y dirigir la diferenciación celular. Por ejemplo se trata de indicarle a una célula que forme glóbulos rojos y a otra células hepáticas. Deben ser descifradas complejas combinaciones de factores de crecimiento, señales químicas y genéticas para que esta terapia vaya mas allá del laboratorio.
Estas células se encuentran en gran cantidad en cordón umbilical y placenta. Estudios recientes han demostrado que poseen una gran plasticidad, sustituyendo su entorno por otro adecuado; cambian su desarrollo de acuerdo a las nuevas señales que reciben y contribuyen a la formación de otros tipos celulares cuando están expuestos al estímulo apropiado.
Si tomamos como ejemplo las células madre hematopoyéticas, son capaces de desarrollar todos los tipos celulares de la sangre y del sistema inmune, y en fase experimental el desarrollo de células musculares cardíacas, vasos sanguíneos, células pancreáticas y neuronas, entre otras.
Los estudios de la aplicación de células madre a seres humanos en muchas patologías aún se encuentran en fase experimental, son preliminares, pero apuntan a una transformación de la medicina.
Actualmente, el transplante de médula ósea, constituye el tratamiento de elección para ciertas enfermedades, la mayoría de las cuales corresponden a alteraciones de la sangre (leucemias, sindromes mielodisplásicos, anemia refractaria, linfomas, talasemia beta, desórdenes de las células sanguíneas y del sistema inmunológico, cáncer de médula ósea, entre otras).
En algunas enfermedades los tratamientos con células madre se han mostrado beneficiosos, pero no son adoptados como terapia estándar. En algunas enfermedades sólo enlentecen la progresión de la misma, pero no la curan. En otras pueden curar, pero las dosis óptimas y su uso está aún en investigación.
En cuanto a los posibles usos actualmente están en etapa experimental para las enfermedades autoinmunes, terapia génica, Parkinson, reparación de células nerviosas, esclerosis lateral amiotrófica, Alzheimer, Huntington, y reparación de órganos como riñón o hígado.
Recolección y conservación
Hasta el presente la mayoría de los transplantes efectuados en los Estados Unidos fueron realizados con células madre obtenidas de cordón umbilical, práctica vigente desde 1988.
La sangre de cordón umbilical es rica en células madre. Estas pueden ser recolectadas en el momento del parto y luego de una serie de procedimientos de identificación, separación y concentración, se las puede conservar congeladas en nitrógeno líquido a 198o durante más de 15 años, sin que hasta el momento se haya demostrado algún tipo de alteración morfológica o funcional.
El almacenamiento se realiza en bancos abiertos o privados. La diferencia entre unos y otros está dada en que en los bancos privados, las células madre sólo pueden ser retiradas por el "dueño" o donante de las mismas, en cambio en los abiertos, se usarán en personas cuya compatibilidad sea probada. La ventaja de los bancos privados es que la compatibilidad entre donante y paciente es perfecta, porque se trata de la misma persona. La recolección es segura y no afecta a la madre o al bebé.
Osvaldo Brunetti, Adrián Gorla,
Tomás Ríos y Gerardo Speroni
Médicos
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