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miércoles,
11 de
octubre de
2006 |
Otras miradas. Se pondrán en escena obras de Europa, Latinoamérica y también de grupos rosarinos
Una muestra que intenta seducir con propuestas que traspasan la frontera
Hoy comienza el Festival Internacional de Teatro Rosario 2006, que se extenderá hasta el lunes
Rodolfo Bella / La Capital
A partir de hoy, y durante seis días, Rosario será por primera vez sede del Festival Internacional de Teatro. Veinte obras provenientes de Chile, Bolivia, Francia, Brasil, México, España, Italia y Argentina, entre las que también se encuentran cinco rosarinas, se mostrarán en salas y espacios públicos. Las entradas tendrán un costo de 5 pesos y están en venta en Entre Ríos 735.
El festival es parte del programa El Teatro del Mundo que abarca siete festivales desarrollados en forma sucesiva en las provincias de Mendoza, Jujuy, Córdoba, Corrientes, Salta y Tierra del Fuego, además de Santa Fe. El encuentro es organizado por el Instituto Nacional de Teatro (INT), las áreas de Cultura de la provincia de Santa Fe y de la ciudad de Rosario y la asociación La Estación Rosario. El rosarino Miguel Palma, coordinador del programa El INT Presenta, en el cual se inserta el festival, aseguró que la idea que mueve el proyecto es cumplir con la ley nacional: "Que la gente vaya al teatro", subrayó.
-¿Cómo surge la idea de sumar a Rosario a las sedes del festival?
-En principio la apuesta era bastante modesta y consistía en sumar dos o tres festivales. Contábamos con el de Mendoza, después pensamos que el Festival Austral, que se realiza en Río Gallegos, iba a ser una buena convocatoria y después queríamos algo en el norte. Más adelante vimos que había grandes posibilidades de hacerlo en Rosario y también en Corrientes, y así se armaron siete festivales internacionales incluyendo al de Córdoba, con lo que en realidad los nuevos son seis.
-¿Cuál es el objetivo al programar estos festivales?
-Creemos que llegó una etapa en la que el INT tiene que hacer una apuesta muy fuerte en relación al público, por eso los festivales están dedicados y destinados al público, para que la pase bien, que encuentren propuestas diferentes, con todo el arco artístico teatral y que haya obras para todos los gustos. Si logramos darle un empujón a la afluencia de público a las salas, esa misma afluencia hará que la calidad mejore, es decir que esa optimización se daría como resultado de la exigencia de la gente.
-¿Cuál es el criterio de selección de las obras que participan?
-Hay tres criterios. Uno a partir del cual los grupos internacionales se inscriben y son evaluados por una curaduría que los selecciona. No se trata sólo de ver cuáles son mejores o peores, sino también de cuáles se adaptan para un festival. Otro es el de los espectáculos nacionales, algunos de calidad probada a través de las fiestas nacionales y que nos parece que es bueno que recorran algunos lugares del país. El último criterio es el local y donde la idea es que espectáculos locales acompañan lo que viene y en el caso de Rosario creo que sus espectáculos no tienen nada que envidiarle a algunos a nivel internacional.
-¿Hay un nuevo eje en el INT que pone el acento en proyectos que tengan una llegada más popular?
-El eje está más hacia el público. Se trata de salir de lo corporativo para llegar al público. No hubo en los grupos el estímulo suficiente para salir a la búsqueda del público. Habría que analizar porqué, pero no se produjo. Habría muchas variables sobre ese tema, pero al margen de esos análisis, lo que no puede dejar de hacer el INT después de casi diez años de existencia es empezar a ocuparse de que llegue el teatro a la gente que es algo que se dio como un objetivo fundacional. El teatro, en definitiva, es el objetivo y el artista es el medio de ese objetivo. El objetivo del instituto no es el artista, sino que la gente vea teatro. Por eso está la ley nacional. Una ley que garantiza, o intenta garantizar, que el público tenga acceso al mejor teatro y los festivales apuntan a eso.
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Fotos
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La obra "El cielo en la piel", del grupo mexicano Tapioca.
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