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 domingo, 23 de julio de 2006  
Escalada bélica. Los alimentos y el combustible comienzan a escasear
Los habitantes de Tiro desafían la muerte
Miedo e impotencia de los pocos residentes que aún permanecen en la aislada ciudad portuaria libanesa

Weedah Hamzah

Tiro (Líbano). - Los pocos habitantes de Tiro que aún permanecen en esta sureña ciudad portuaria libanesa se preparaban ayer para los "oscuros días" que se avecinan, en vista de los reportes acerca de que Israel va a intensificar su ofensiva contra el vecino del norte. Las calles de Tiro, una ciudad que en esta época del año normalmente debería rebosar de turistas, estaban ayer prácticamente desiertas. A los únicos que se veía era a un grupo de hombres que han desafiado la amenaza de bombardeo israelí para quedarse en su ciudad. "Llevé a mi familia a una zona más segura en la capital, Beirut, pero yo me he quedado con mi hermano", dijo Ahmed Safieddine, en las afueras de Tiro.

Muy cerca, una familia de cinco miembros cargaba varias maletas en su coche, listos para partir. "Israel es malvado... están atacando a civiles, no a Hezbolá", afirmó Amal Haidar mientras se marchaba, con la esperanza de hallar un lugar más seguro para los suyos. Pero no todos quieren marcharse, especialmente los más mayores. El vecino de Amal, Um Ahmed, observaba con tristeza la partida de su amiga, pero insistió: "Quiero quedarme. No quiero abandonar mi casa".

También las zonas cristianas de Tiro parecían desiertas. La iglesia estaba cerrada, no se veía a nadie salvo a un anciano sacerdote que explicó que los residentes se fueron después de que los israelíes lanzaran octavillas instándoles a irse.


Bloqueo marítimo
La mayoría de los cristianos en esta zona viven de la pesca. Ayer sin embargo el puerto permaneció cerrado, otra víctima del bloqueo marítimo impuesto por Israel en todos los puertos de Líbano. "Si pescamos, comemos. Si no vamos a pescar, no podemos comer", resumía George Jirgis. Los barcos de pesca de madera permanecían ayer amarrados en el puerto. Nadie los ha movido desde el comienzo de la ofensiva israelí, el 12 de julio.

Entretanto, la comida empieza a escasear en Tiro, advirtió un miembro de la Cruz Roja. Las reservas de pan, un alimento básico para los habitantes de Tiro, empiezan a menguar, sobre todo porque sólo una panadería sigue funcionando en toda la ciudad.

También el combustible está escaseando, dado que la mayoría de las estaciones de servicio de la zona han sido blanco de los ataques israelíes.

Los hospitales de Tiro no están en mejores condiciones. Una escasez de medios significa que podría producirse una situación "catastrófica", advierte Hassan Alamaa, del hospital Yabel Amel. "Nuestras morgues están llenas, nuestras camas están llenas de víctimas".

La crisis humanitaria en las zonas atacadas está empeorando y el número de desplazados internos en Líbano ascendió ayer a 900.000. "Hay gente que está muriendo simplemente porque no podemos llegar a ellos", explico Kasim Chalin, del centro de Cruz Roja en Tiro. (DPA)
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Una residente del sur de Beirut intenta comunicarse tras un feroz bombardeo.

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