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domingo,
23 de
julio de
2006 |
Combatir la contaminación sonora
La reactivación que se manifiesta en Rosario y que puede observarse a partir del embellecimiento de la ciudad no logra compensar los ruidos que los habitantes deben soportar producto del andar de los vehículos en calles muchas veces abarrotadas. El tránsito es el que genera la mayor cantidad de sonidos molestos como consecuencia del funcionamiento de los motores, de las transmisiones, de la fricción causada por el contacto del vehículo con el suelo y el aire, y de los escapes.
Las compañías automotrices analizan de qué manera se puede disminuir esta fuente de contaminación sonora. El nivel de ruido se mide en decibeles (db). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un sonido que está por encima de los 70 db ya resulta molesto, si supera los 90 es dañino, y después de los 120 se torna insoportable y hasta doloroso.
Sólo como ejemplo, una moto con escape libre emite 110 db, un vehículo pesado circulando a 60 kilómetros por hora, 90 db; y el tránsito intenso alcanza los 80. Para tener en cuenta.
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