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domingo,
23 de
julio de
2006 |
Aldo Gimbatti, rector interino, no descarta quedarse hasta las elecciones de junio
Empieza el debate en la UNR por la
transición de las nuevas autoridades
La muerte de Suárez abrió un panorama inédito. Hay
un plazo de 90 días para
llamar a asamblea ordinaria
Isolda Baraldi / La Capital
La sorpresiva muerte del rector Ricardo Suárez abre un nuevo e inédito panorama en la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Luego del deceso y tal como lo indica el estatuto universitario, el ingeniero químico y milletista Aldo Gimbatti está a cargo de la UNR. Las normas indican que debe llamar a una asamblea ordinaria para que se elija un nuevo rector hasta junio del año próximo y para eso tiene un plazo legal de 90 días hábiles, por lo que el trámite podría concretarse en noviembre. Con ese panorama en el horizonte, Gimbatti no descarta que los claustros determinen en esa asambla dejar la situación como está y renovar el conjunto de las autoridades en el 2007.
El rector reemplazante -una situación inédita en la historia de la UNR-, alaba la gestión de Suárez pero al tiempo admite que hay tareas pendientes, las que relaciona no sólo con cuestiones académicas. En ese marco asegura que sus máximos desafíos son solucionar el déficit económico y mejorar los problemas edilicios, como por ejemplo los laboratorios del Hospital Centenario a los que calificó como "una novela de terror".
-¿Qué cree que es mejor: que usted se quede a cargo hasta el año próximo o elegir un rector por unos meses?
-Primero voy a cumplir con el estatuto que es llamar a la asamblea ordinaria, pero supongo que se discutirá, sobre todo entre los consejeros directivos, los decanos y no docentes, si es racional o no elegir a alguien por cuatro o cinco meses. Y hasta se podría discutir en el Consejo Superior. Pero cualquier alternativa debería ser legitimada en asamblea.
-¿Vislumbra que las alternativas serán esas dos: usted como rector por sucesión o una elección parcial hasta junio, cuando se renueven todos los cargos?
-La primera opción, y hablo por mí, podría suceder porque lo señala el sentido común y no otra cosa. Voy a cumplir con el estatuto, pero creo que están estas dos posiciones en danza. Pensemos que el rector nuevo sea alguien que no ha estado en gestiones anteriores, ¿cuánto tiempo le llevará a una persona ponerse al día con todos los problemas universitarios? Lo digo por experiencia, soy vicerrector, estuve siete años con Ricardo Suárez y a pesar de todo, hay cosas que ahora naturalmente las tengo que conocer en detalle. Imagínese a alguien que nunca estuvo en una gestión y de repente tiene que asumir por sólo cinco meses.
-El ex rector Suárez se cansó de repetir que el principal problema de la UNR es su déficit presupuestario. Es más, el mes pasado justamente hubo dificultades hasta para pagar los sueldos. ¿Seguirá sustentando esa postura?
-Sí, el mes pasado incluso hubo un paro por no cumplir con los plazos legales de pago. La universidad tenía un fondo estimado en cuatro millones de pesos, que era el monto total de los sueldos. Entonces se utilizaban esos fondos para pagar los salarios anticipadamente hasta que llegaba el dinero de la Nación. Ese fondo sigue existiendo, pero ahora está más estrecho que nunca, entre otras cosas porque hubo aumento de sueldos. Por lo tanto estamos hablando de 12 millones de pesos y aunque haya buena voluntad es imposible adelantar los salarios. Nos encontramos con este tema y fue mi primera preocupación para que no se repita lo del mes pasado. Creo que no habrá problemas el mes próximo, salvo que pase algo muy extremo y ajeno a nosotros. También vamos a anticipar los vales alimentarios para el primer día del mes.
-¿Cuál es el mayor desafío que enfrenta más allá de estas cuestiones urgentes?
-Tenemos un déficit en el presupuesto y el contador Suárez lo decía prácticamente todos los días, lo saben los medios de comunicación, las autoridades ministeriales de la Nación, todo el mundo. Tenemos 12 millones de pesos de déficit para terminar el año, creo que este es el gran desafío. También hemos tenido circunstancialmente otro problema, que fue la caída del techo del laboratorio bioquímico del Hospital Centenario, fui personalmente, lo recorrí todo y las instalaciones son realmente lamentables. Entiendo que algún funcionario dijo que el mantenimiento del lugar es de la universidad pero aquí hay desinformación, porque en el convenio se estipula expresamente que la responsabilidad es del gobierno provincial. Todo el lugar parece una novela de terror. Por ejemplo, hay caños de cloacas que pasan por arriba de los medicamentos almacenados. Y cuento sólo esto porque desde aquí en adelante todo es un desastre. Ayer (por el jueves) pude contactar al gobernador (Jorge Obeid) y le pedí una audiencia. Le quiero explicar qué es lo que pasa porque no quiero ser crítico puro y no ayudar en las soluciones. Estoy seguro de que si el gobernador viera ese sector daría la orden para que lo arreglen a la media hora.
-¿Ese es otro desafío?
-Claro, el financiero y los problemas edilicios de la mayoría de las casas de estudios. Tanto es así que el presupuesto y los edificios fueron declarados en emergencia.
-¿En ese marco cuál es su objetivo?
-Lograr una transición ordenada. Quiero que en este período nada empeore y si es posible que mejore. O al menos que se mantenga.
-Pensando en la asamblea que viene, aparece un escenario un poco más complicado que en otras oportunidades. Más divisiones políticas y no se vislumbra demasiada cohesión incluso dentro de los mismos partidos u organizaciones. ¿Cómo incidirá esa cuestión en la asamblea?
-Trato de abstraerme de estos aspectos políticos. Creo que habiendo un acuerdo que lleva ocho años entre los dos grupos mayoritarios como el radicalismo y el socialismo, se deberían respetar los acuerdos originales para gestionar normalmente la universidad. Porque las bases programáticas son las mismas. Pueden variar algunas orientaciones, pero no cambiar principios programáticos que se firmaron en el acuerdo. Lo más racional es que estos dos grupos busquen la forma de que el período termine como se vino desempeñando en los últimos años, y no modificar todo ahora y repentinamente. No sé si se acuerda que hubo un presidente que decía: "No hay que cambiar el caballo a mitad del río", (por Juan Domingo Perón y suelta una carcajada).
-¿Cuándo cree que que se definirá la situación sobre el próximo rector?
-Es difícil decirlo, van a tener que jugar varios factores. Si hay acuerdo, si prima la racionalidad y se piensa en lo mejor para la universidad, los que tienen que definir este problema van a encontrar el camino. Lo que no debería pasar es que este tránsito sea conflictivo porque de esa manera se va a perjudicar a la propia universidad.
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Gimbatti: "Es de sentido común pensar que me quede por cuatro o cinco meses más".
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