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 domingo, 02 de julio de 2006  
"Un usurpador que se aprovecha de las armas"
Diálogo entre Illia y el general Julio Alsogaray, poco antes del derrocamiento, tal como fue reconstruido por los testigos

El Presidente de la República está firmando un documento, mientras tanto, un colaborador está a su lado esperando que le autografíe una fotografía. En ese momento, de pronto, entran un general, precedido por el jefe Militar de la Casa Rosada, Rodolfo Pío Otero, un civil y varios militares uniformados.

El mencionado general se acerca a la izquierda del Presidente e intenta arrebatar la fotografía que Illia estaba a punto de firmar. El Presidente lo impide firmemente y se suscita el siguiente cambio de palabras.

General: Deje eso, permítame.

Varias voces: ¡No interrumpa al Presidente!

Presidente: ¡Silencio! Esto es más importante que lo que usted acaba de hacerle a la República. Yo no lo reconozco, ¿Quién es usted?

General: Soy el General Alsogaray.

Presidente: Espere. Estoy atendiendo a un ciudadano (dirigiéndose al colaborador) ¿Cómo se llama, amigo?

General: ¡Respéteme!

Colaborador: (Dirigiéndose al Presidente) Miguel Angel López, Jefe de la Secretaría del Dr. Caeiro, Sr. Presidente.

Presidente: (Acabando de firmar la fotografía) Este joven es mejor que usted; es un valioso y noble ciudadano. ¿Qué quiere?

General: Vengo a implementar las órdenes del Comandante en jefe.

Presidente: Yo soy el Comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, mi autoridad proviene de esa Constitución (señalando un libro que siempre estuvo sobre su escritorio) que siempre hemos respetado y a la que ustedes juraron respetar. Cuando más usted es un general rebelde que engaña a sus soldados y se aprovecha de su juventud para hacerles hacer cosas que no quieren ni sienten, en esta acción.

General: En nombre de las Fuerzas Armadas he venido a pedirle que deje su puesto. El General de Granaderos lo acompañará.

Presidente: Usted no representa a las Fuerzas Armadas, simplemente representa a un grupo rebelde; además, usted es un usurpador que se aprovecha de la fuerza de las armas y de los soldados de la Constitución, para empuñar la fuerza contra la Constitución y la justicia. Usted y los que están con usted están actuando como asaltantes de caminos, que, como los bandidos, aparecen a la madrugada.

General: Señor Presi... (se corrige) Dr. Illia.

Varias voces: ¡Señor Presidente!

General: Para evitar actos de violencia, una vez más, lo invito a que deje la Casa.

Presidente: ¿De qué violencia me habla? La violencia ya ha sido sembrada en la República por ustedes; yo he predicado paz y concordia entre los argentinos a través del país. He asegurado la libertad en todo el país, y ustedes se han negado a mis procedimientos. Ustedes no tienen nada en común con el ejército de San Martín y Belgrano. Con su actitud, ustedes han causado un gran daño a nuestro país y continúan haciéndolo. El país siempre les recriminará esta usurpación, y dudo que en su propia conciencia puedan justificar esta acción.

Persona de civil, que entró con el general: Hable por usted, no por mí.

Presidente: Y usted ¿quién es?

Civil: A pesar de que el general le hace un gesto de que guarde silencio, dice: Soy el Coronel Perlinger.

Presidente: Yo hablo en nombre de la Nación. No estoy aquí para ocuparme de intereses personales, fui elegido por el pueblo a trabajar por ellos, por la grandeza de nuestro país y la defensa de la justicia y de la Constitución Nacional. Ustedes se escudan en el poder de las armas. Usted general es un cobarde que no se atreve a hacer esta usurpación usted sólo.

General: Usted se está extralimitando.

Presidente: Con esta manera de proceder ustedes están negándole a la juventud del futuro la paz, la justicia y el bienestar de la República.

General: Dr. Illia, le garantizamos llevarlo a la Residencia de Olivos, y su seguridad personal.

Presidente: No estoy interesado en mi seguridad personal. Yo continúo mi trabajo donde la justicia y mi obligación me lo exigen. Como Comandante en Jefe le ordeno que se retire.

General: Yo recibo órdenes solamente de las Fuerzas Armadas.

Presidente: Yo soy el único jefe Supremo de la Fuerzas Armadas, ustedes son rebeldes. ¡Retírese!
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