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domingo,
02 de
julio de
2006 |
Dos ganadores que han
remontado la corriente
México. - Andrés Manuel López Obrador solía decir que lo dieran por "muerto" cuando se le preguntaba si aspiraba a la Presidencia, pero salió de la tumba y es uno de los favoritos para convertirse en el próximo presidente de México y llevar a la izquierda al poder por primera vez en la historia del país.
"Ya dije desde el principio que me den por muerto, lo que quiero es cumplir con mis responsabilidades de jefe de gobierno", decía en marzo de 2004 el entonces alcalde de la ciudad de México y militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Comenzó a cambiar su actitud cuando se desató un escándalo de corrupción con la difusión de videos en los que aparecían personajes cercanos al ex alcalde recibiendo dinero a cambio de favores políticos.
"AMLO", como lo llaman en los medios gráficos mexicanos por las siglas de su nombre y apellido, caló hondo en el ánimo popular con su discurso a favor de los pobres. Entre la enorme masa de mexicanos que vive en la miseria y ha visto décadas de corrupción y enriquecimiento de los políticos, el discurso de López Obrador basado en la frase "Por el bien de todos, primero los pobres", ha tejido alrededor suyo una imagen mesiánica.
En la campaña ha dicho una y otra vez que su prioridad en caso de ganar serán los pobres, junto con el combate a la corrupción, elementos que le han hecho puntear desde hace más de dos años las encuestas. A esto se ha aunado su estilo de vida: mientras la mayoría de los políticos viven en casas lujosas, López Obrador habita un modesto departamento en el sur de la capital y viaja a bordo de un auto compacto que maneja una persona de su confianza.
Calderón, el resucitador del PAN
Felipe Calderón se convirtió no sólo en el candidato presidencial del oficialista Partido Acción Nacional (PAN), sino en la figura que regresó a esa agrupación a la competencia cuando ya se había anticipado su derrota.
Apenas obtuvo la candidatura, comenzó a remontar en las encuestas hasta ubicarse como el principal rival de López Obrador, quien durante unos dos años superó por amplio margen a todos adversarios en los sondeos.
Calderón se impuso en octubre pasado en las primarias a Santiago Creel, ex secretario de Gobernación y el favorito de Fox para sucederlo. Ese triunfo permitió al PAN volver a ser considerado una opción rumbo a los comicios del 2 de julio. Creel era visto como una figura que de ganar la candidatura del PAN estaría condenado a la derrota por estar identificado con Fox, un presidente al que se cuestiona no haber cumplido sus promesas de campaña, como un millón de empleos y un crecimiento anual del 7%.
Abogado y master por la Universidad de Harvard, Calderón ganó al delfín de Fox contra todos los pronósticos. Su camino fue contra la corriente, pese a que tuvo un puesto importante en el gobierno al desempeñarse como secretario (ministro) de Energía entre septiembre de 2003 y mayo de 2004. Renunció a la Secretaría de Energía en medio del enojo que le causó haber sido retado por el mandatario, quien lo acusó de haberse lanzado antes de tiempo a la campaña presidencial.
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