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domingo,
02 de
julio de
2006 |
Frustración
El que ahora llora es brasileño
La ilusión se diluyó en 90 minutos. Todo Brasil confiaba ciegamente en el hexacampeonato. Pero el sueño se frustró. A los torcedores que se congregaron en un parque de San Pablo para seguir por pantalla gigante el partido contra Francia los terminó invadiendo la más profunda desilusión. Nadie podía creer que el principal favorito a conquistar el Mundial se despidiera tan pronto.
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