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 domingo, 02 de julio de 2006  
Pecados capitales


En el fútbol no hay una única razón que explique una victoria, y tampoco una derrota. Y dentro de los múltiples factores que influyeron en la eliminación de Argentina, varios de ellos corresponden a pecados de acción u omisión del entrenador José Pekerman.

En Berlín, Argentina estuvo a diez minutos de ganar, y luego perdió en la definición por penales. Pekerman cometió algunos errores capitales, algunos de ellos derivados de sus creencias y sus decisiones previas. A saber:

1) Tevez-Crespo, un ataque disociado: Pekerman eligió a Saviola y Crespo como dupla de ataque para este Mundial. Pero ante Alemania optó por Tevez, que cumplió un buen papel, pero nunca se entendió con Crespo.

2) Messi, condenado al banco: Pekerman eligió que Messi fuera su carta fuerte en los segundos tiempos. Pero en Berlín, el pibe no tuvo siquiera la posibilidad de jugar unos minutos. Mientras se consumía la prórroga, los alemanes se alegraban de que la joya argentina hubiera quedado confinada al banco.

3) Mala lectura: Cuando Ayala puso el 1-0, apenas comenzado el segundo tiempo, el partido se abrió para Argentina: todo indicaba que había llegado la hora de los pitufos Messi, Saviola o Aimar, para aprovechar la urgencia alemana y entrar con toques cortos, a velocidad y por abajo. Pero Pekerman eligió otros caminos.

4) Cambios fallidos: En Berlín, reprobó la materia: tras la lesión de Abbondanzieri, metió enseguida otro cambio, Cambiasso por Riquelme, dando a Alemania el mensaje de que "no quería más". Y con el ingreso de Cruz por Crespo se quedó sin recursos renovables para la prórroga.

5) Divorcio discurso-realidad: En la previa al partido, Pekerman y los jugadores coincidieron en que la clave para burlar a los gigantes alemanes era jugarles por abajo. Pero cuando puso a Cruz por Crespo, los hechos contradijeron el discurso: fue seguir apostando a lo mismo, altura y definición, pero menos fútbol.

6) El enamoramiento de Riquelme: Es su jugador predilecto, y el Mundial no hizo sino ratificarlo. Riquelme hizo un torneo gris, con unos pocos estiletazos acertados y numerosas lagunas. Pero Pekerman insistió con él y la opción de Aimar fue desaprovechada.

7) Doce pasos hacia el adiós: Penal bien pateado es gol, reza la cátedra. Más allá de la cuota de suerte que conllevan este tipo de definiciones, Argentina pagó el precio de dos penales mal ejecutados (Ayala y Cambiasso) y de un arquero, Leonardo Franco, que no atajó ninguno, y tampoco achicó a los contrarios con su confianza. Pekerman había dicho que no creía necesario practicar tiros desde los doce pasos, porque no pensaba "llegar a esa instancia". La realidad fue otra. (DPA)
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