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 domingo, 02 de julio de 2006  
Trabajo formal. En Rosario hay algo más de 30 mil mucamas pero muy pocas gozan de una obra social y jubilación
Rosario, al tope del blanqueo laboral a empleadas domésticas
Igualmente, sólo un 15 por ciento del personal de servicio fue regularizado. Crecen las consultas de los interesados

Pablo R. Procopio / La Capital

“¿Y si blanqueamos a Juana?”. Claro, hace quince años que trabaja en la casa de la “señora” (así la llama ella) Elvira como empleada doméstica. La quieren como a una más de la familia y siente a ese sitio como su hogar. Sin embargo su tarea nunca fue regularizada. Desde que a fines del verano la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) potenció una campaña de formalización laboral, su situación dio un vuelco idéntico al de las 4.600 mucamas que en Rosario ya gozan de los beneficios de estar legalizadas. La ciudad dio el ejemplo a la hora de las inscripciones: marcha a la cabeza en comparación con los guarismos nacionales.

  “Los números son muy buenos”, se entusiasmó el secretario general de la Asociación de Trabajadores Auxiliares de Casas Particulares (Atacp), Francisco Frenna. Más del 15 por ciento de las cerca de 30 mil domésticas que hay en Rosario tiene sus papeles en regla. Y, en función del marcado interés de sus patrones, ese porcentaje irá en incremento.

  Las consultas telefónicas al sindicato suben permanentemente y llegan a unas 1.400 por mes; todo un dato si se tiene en cuenta que a fines de 2004 se recibían aproximadamente 200.

  Pero esto recién empieza. De las 900 mil mujeres censadas en el país en diciembre de 2005, el 94,5 por ciento estaba en negro. Sólo unas 58 mil trabajadoras habían sido registradas entonces por sus empleadores, quienes hacían aportes jubilatorios y de obra social.

  Desde el inicio de este año, la Afip intensificó su campaña “El trabajo en blanco”. De este modo, en abril pasado, el número de las personas inscriptas a nivel nacional había aumentado a 106 mil, un 12 por ciento. Por eso, Rosario marcha a la delantera con el 15,23 por ciento según datos procesados al 15 de junio de 2006 por el sindicato mencionado.

  “Cuando comenzamos a hacer nuestra propia campaña en diciembre de 2004, sólo el cinco por ciento de estas trabajadoras tenía sus papeles en regla”, indicó Frenna que, en aquella oportunidad, impulsó la iniciativa desde el gremio.

  Desde entonces, esta cantidad se incrementó. En junio del año pasado, el blanqueo se había duplicado con la ayudita del organismo impositivo.

  Hoy en Rosario, sobre un total de 30.341 trabajadoras, 4.621 están anotadas, hacen aportes jubilatorios y tienen obra social.

  La ciudad es la mejor posicionada del país. Quizás el principal disparador de la campaña de comunicación e inducción fue que la Afip propuso a los dadores de trabajo desgravaciones en sus impuestos a las ganancias que llegaban hasta los 4.020 pesos anuales en diciembre pasado y en 2006 aumentaron a seis mil.

  “Igualmente los interesados no preguntaron tanto por la desgravación que se pensó como un incentivo para motorizar el cambio”, dijeron desde el organismo. “Se logró de verdad que se recapacitara y hubo un cambio en la valorización de esta situación”, prosiguieron.

  La informalidad laboral afecta a este tipo de personal privado, que en su mayoría son mujeres. Y las causas de esta precarización son diversas: un alto grado de desconocimiento de sus derechos laborales en función de que las empleadas provienen de sectores humildes con bajos niveles de instrucción.

  En tanto, por parte de los dadores de trabajo, pocos cumplen con la norma por ignorancia, por costumbre o por incapacidad administrativa de hacer el trámite.

  Sin embargo, probablemente el mayor inconveniente provenga de una legislación no demasiado clara y, para algunos, ausente de los pilares básicos que sostienen las conquistas laborales. Más aún, en virtud de las cifras que maneja la Afip y el Ministerio de Trabajo de la Nación, el empleo doméstico es el que registra la mayor proporción de personas que cumplen tareas en negro.

  Así, las provincias argentinas donde hay mayor resistencia a blanquear son Salta, Chubut y Catamarca. Allí, solamente el seis por ciento está legalmente registrado.

  “La gente está tomando conciencia porque hay beneficios para ambas partes, no sólo para una”, subrayó Frenna más allá de que la geografía argentina muestra altibajos.

  “Con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) evidenciamos que el sector tiene una informalidad altísima y ciertas características que merecían un tratamiento distinto al resto del empleo”, comentó a La Capital el subdirector de Servicios al Contribuyente de la Afip, Sergio Rufail. “La principal característica es que es un área marginal casi en su totalidad por desconocimiento de ambas partes”, subrayó.

  Muchos dadores de trabajo temen anotar a las mujeres que limpian sus hogares y quedar registrados como empleadores por miedo a que el organismo nacional recaudador los obligue a pagar mayores impuestos. No obstante, Rufail desechó este fantasma: “El plan le da una jubilación y una obra social a un sector siempre postergado”, dijo.

  La Afip planteó el sistema tanto para trabajadoras argentinas, extranjeras radicadas de modo permanente y extranjeras con radicación provisoria (ver aparte).

  Por servicio doméstico, tanto esta repartición como la ley de contrato de trabajo, consideran a aquellas funciones “dentro de la vida doméstica y que no importen para el empleador lucro o beneficio económico”. Se trata de hombres o mujeres que desarrollen tareas como cocina, lavado, planchado y limpieza, aparte de servicios de jardinería; caseros y actividades conexas a las casas particulares.

  El trámite para que un empleador blanquee a su servicio doméstico es sencillo y puede hacerse a través de la página de internet de la Afip (www.afip.gov.ar). Los aportes mensuales van desde los 20 a los 59,44 pesos, según las horas de trabajo, que se computan a partir de las seis horas semanales y hasta las 16 o más. Una vez hecho el trámite de inscripción el dador de trabajo presenta la documentación en el banco, hace el pago y se lleva un ticket.

  La página de la entidad recaudadora confeccionó asimismo un “Manual para el ama de casa” que es uno de los ítems más visitados del sitio en las últimas semanas y se instaló un número de teléfono gratuito: 0800-222-2526 (Blanco).

  La empleada doméstica cuyos aportes lleguen al máximo de los 59,44 pesos, tiene acceso a los servicios de salud y elegir entre más de 200 obras sociales cuyo listado puede consultar ingresando a www.sssalud.gov.ar o por teléfono al 0800-222-72583 (Salud). La cobertura médica comienza el mismo día que hace el primer pago a la seguridad social. Su grupo familiar puede acceder a los mismos servicios abonando 22,22 pesos más por cada integrante.


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El blanqueo tiene ventajas para el empleado y para el empleador.

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