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domingo,
25 de
junio de
2006 |
[rescates]
La musa de la vanguardia
El sello Beatriz Viterbo reactualiza la figura de Norah Lange con la edición de sus obras en dos tomos
Mora Cordeu
La aparición del segundo tomo de las obras completas de Norah Lange (el primero se publicó el año pasado) actualiza la figura de una escritora excepcional -considerada la musa de la vanguardia-, con textos que abarcan diversos géneros y reflejan la intensidad de su búsqueda estética.
"En las bibliotecas no se encontraban libros de Norah, había obras del padre pero no de ella, salvo «Cuadernos de infancia» el resto era muy difícil de conseguir. En un encuentro con Nora Domínguez, investigadora del Instituto Interdisciplinario de Género de la Universidad de Buenos Aires, surgió esta idea de publicar las obras completas", cuenta Adriana Astutti, responsable con Sandra Contreras de la edición publicada por el sello rosarino Beatriz Viterbo.
Luego de contactarse con la sobrina de la escritora, Susana Lange, "en la editorial decidimos invertir la mayor parte de lo que podemos hacer en este proyecto porque Lange es una escritora excepcional".
"«Cuadernos de infancia» es una maravilla -apunta Astutti-, (César) Aira dice que en los relatos de infancia de la literatura latinoamericana sin duda es el mejor. Un texto asombroso como bisagra entre los textos de vanguardia y la narración. Una narración que en primera instancia parece muy amable para el lector pero que está totalmente montada en base a los escritos de vanguardia".
La sobrina de Lange aportó un libro desconocido de la escritora, "El cuarto de vidrio", que es el último texto del tomo II, "que ella había dejado completo en vida, pero que nunca se había publicado".
Norah Lange siempre declaró que había nacido en 1906, aunque la partida de nacimiento es del mismo día -23 de octubre- pero de 1905. "Por eso sacamos el primer tomo el año pasado y ahora el segundo, como para respetar esa diferencia entre la historia de vida y la fábula de escritora. Elegir su propio año de nacimiento y cambiarse el nombre: se llamaba Berta Nora y se puso Norah, agregó la h".
"Una de las decisiones que tuvimos que tomar -explica Astutti- fue cómo agrupábamos los textos. Me pareció que lo mejor era hacerlo cronológicamente, ser lo más fiel a ella como escritora".
Para Astutti, este orden da cuenta de su pasaje de un género a otro. "Permite ver la oscilación. En el tomo l es interesante ver cómo va alternando la escritura de poesía y la de prosa. Los discursos van a lo largo de casi toda la obra", dice.
"Ella publica «La calle de la tarde» (1925), su primer libro de poesía, después «Los días y las noches» (1926) y en 1927 sale su primera novela, «Voz de vida», hecha en base a cartas. A continuación viene «El rumbo de la rosa» (1930) y luego otra novela, «45 días y 30 marineros» (1933). Norah oscila entre la escritura poética y la escritura de prosa, hasta que a partir de «Cuadernos de infancia» (1937), escribe sólo prosa", dice la editora.
Silvia Molloy, en el prólogo, "lo primero que hace es señalar cómo conoció a Norah Lange. Fue caminando por la calle. Una mujer pelirroja, muy hermosa, a la que su madre señala: «es una excéntrica, mirala». Era como un mandato ambiguo: por un lado era mal vista y por otro no se podía dejar de verla".
Borges y otros escritores, al leer sus primeros textos, "la marcan como una niña ingenua, o tratan de ponerla en un lugar más manejable de mujer. Esto tiene que ver también con que recién es reconocida cuando escribe «Cuadernos de infancia», un libro que desde el punto de vista del género, es más doméstico. En cambio, «Voz de vida», son las cartas de una amante, sobre las que ha trabajado Edwin Williamson, en su biografía de Borges, como supuestamente autobiográficas".
Según Astutti, la valoración de "Cuadernos de infancia", responde a que es una obra "literariamente muy superior a lo escrito antes por Lange. Una novela que es Premio Municipal y Premio Nacional. Después ella escribe «Antes que mueran» (1944), que es una reescritura poética de los cuadernos en prosa poética, algo mucho más duro y difícil de leer".
A juicio de la investigadora, en Lange hay una búsqueda estética constante así como una variación en los géneros, no en los temas. "Es la reescritura de un libro en distintos géneros", destaca.
"También hay una diferencia muy grande -puntualiza Astutti- entre el estilo que ella usa en los libros, estilo poético pero sencillo en un punto, y el estilo de los discursos, algo que Aira señala. Los discursos son absolutamente barrocos, textos escritos para ser leídos en voz alta, arriba de un cajoncito y en público, parecen escritos por otro".
La primera idea al publicar toda su obra, subraya la editora, "fue rescatar a una gran escritora, pero a lo largo de ese proceso tuve la sensación que Norah tenía una escritura joven. Un escritura no para lectores que ya buscan la obra acabada de alguien, ni para los que piensan la literatura como una cosa prolija y definitiva".
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Fotos
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Fiesta. Lange (disfrazada de sirena), en un acto alusivo a su libro "45 días y 30 marineros".
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