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domingo,
25 de
junio de
2006 |
El país azteca se polariza a una semana de las elecciones presidenciales
México a un paso de su cita en las urnas
Los sondeos dan un cerrado final entre el izquierdista Manuel López Obrador y el conservador Felipe Calderón
Andrea Sosa Cabríos
Ciudad de México. - Tantas caras sonríen desde los postes de luz de Ciudad de México que hay que levantar la vista casi hasta el farol para encontrar un espacio de sosiego político, a una semana de las elecciones del 2 de julio. Las calles están empapeladas de promesas y pulgares en alto. De amarillo, de azul, de rojo y verde. El mundo ideal es el que aparece en los afiches: más empleos, primero los pobres, te va a ir muy bien, mano firme contra la delincuencia, 20 por ciento más de salario.
En una semana se sabrá la verdad de las urnas después de cinco meses de propuestas, confrontaciones y encuestas, y más de tres años de intensa lucha política por las candidaturas para suceder al presidente conservador Vicente Fox.
Los últimos sondeos hablan de un cerrado final entre el centroizquierdista Andrés Manuel López Obrador, de 52 años, y el oficialista Felipe Calderón, de 43 años, con leve ventaja para el primero.
Cinco en disputa
Hay cinco candidatos en el baile del quién da más, pero sólo ellos dos, seguidos por Roberto Madrazo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), están realmente en la competencia. El miércoles terminan las campañas y empezarán tres días obligados de reflexión. En la etapa final se multiplican los llamados al "voto útil".
La izquierda moderada de López Obrador insta a votar contra la "derecha intolerante". Las huestes conservadoras de Calderón llaman a bloquear la llegada al poder de una "izquierda irresponsable".
El ex alcalde de Ciudad de México, apodado "El Pejelagarto" por un pez milenario de su natal estado de Tabasco, se muestra seguro de su triunfo: "Sonríe, vamos a ganar", repite a sus simpatizantes. Y Calderón, algo nervioso por su caída de las últimas semanas en los sondeos, promete comérselo en las urnas.
"Nos vamos a echar un par de pescaditos a la olla el 2 de julio, vamos a tomarnos un pejelagarto bien cocido en una caldera grande. Vamos a hervir al pejelagarto en un calderón que no se la van a acabar", prometió.
La zoología en campaña
Durante la campaña, Calderón quiso recurrir al simbolismo político de comerse un pejelagarto frito en una visita a Tabasco, pero no pudo, porque le dijeron que este pez depredador de hocico alargado, del período cretácico, estaba en peligro de extinción.
López Obrador también hizo uso de la zoología. "Creían que iban a comer pichón, pero les salió gallo", afirmó, luego de recuperarse de una caída en los sondeos causada por los fuertes embates de Calderón y errores propios, como llamar "chachalaca" (gallina ruidosa) a Fox.
El electorado está dividido. "Me aterra pensar que pueda ganar López Obrador", dice una mujer de 32 años, madre de dos hijos, en Bosques de las Lomas, una zona acomodada de Ciudad de México. "De un día para el otro, puede hundir al país con políticas irresponsables".
En algunos sectores caló la idea impulsada por Calderón de que López Obrador "es un peligro" para México y que provocará crisis económica y endeudamiento con promesas como subsidios a la población más desfavorecida.
López Obrador, indiscutible favorito de los intelectuales de izquierda, los artistas y de la zona metropolitana de Ciudad de México, llama a los mexicanos recelosos, y en particular a los empresarios, a confiar en él. "A aquellos que sinceramente les preocupan nuestras propuestas, les digo que no se preocupen, sólo queremos que haya crecimiento y generar empleos", afirmó.
A partir de hoy, se acelerará la cuenta regresiva. Más de 71,5 millones de personas podrán ir a votar el 2 de julio, al término de la campaña electoral más polarizada en términos ideológicos de la historia mexicana. (DPA).
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López Obrador confía en alcanzar el triunfo.
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