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domingo,
25 de
junio de
2006 |
El cazador oculto: "Un tributo al Salmón de los rosarinos"
Ricardo Luque / Escenario
Como siempre, los porteños tomaron la delantera. Aunque la idea, hay que decirlo, se le había ocurrido antes a un rosarino. Fue durante el rodaje de la película de Fito Páez, en uno de esos tantos tiempos muertos que hay entre toma y toma. Se hablaba de bueyes perdidos cuando alguien contó que Andrés Calamaro andaba buscando un gimnasio donde ejercitar sus músculos cansados. "Pobre, está aburrido", se lamentó uno de los miembros del equipo de filmación, mientras se servía un amargo. Y no es para menos. El cantante estaba condenado a pasar largas horas haciendo nada mientras su novia, Julieta Cardinali, estaba en el set de "¿De quién es el portaligas?". "¡Qué aguante!, hay que hacerle un homenaje", disparó la única mujer que todavía resistía la ronda del mate. "Sí, hay que grabarle un disco", disparó un estudiante de cine que acaba de sumar a la charla y la verdad es que no sabía a ciencia cierta de qué se estaba hablando. Así fue como surgió la loca idea de que un puñado de celebridades locales grabarán los grandes éxitos del Salmón. Enseguida se armó la lista de temas y se decidió quién debía cantar cada canción. Primero, claro, están los próceres. "Flaca", esa bellísima balada sobre mujeres y puñales en la espalda, pareció ideal para que Julito Orselli se la dedique a Analía Bocacci, su pareja en "De 12 a 14". "Mi enfermedad", el himno a los excesos que alguna vez Fabi Cantilo le cantó a Maradona en uno de sus tantos regresos al fútbol, fue por unanimidad para Roberto Caferra. Sin que mediara explicación alguna, "La parte de adelante" quedó para Susana Rueda. Ariel Bulsicco, que todavía anda llorando en los rincones por la partida de Erica Fontana, se ganó sin discusión grabar "Te quiero igual". Se lo imaginan cantando con los ojos enrojecidos aquello de "te quiero, pero te llevaste la flor y me dejaste el florero...". Genial. Tanto como imaginar una versión de "No me pidas que sea un inconsciente" cantada a voz en cuello por el más ejemplar de todos los alumnos de los medios rosarinos, el chico diez Luisito Novaresio. Con "Donde manda marinero" hubo discusión. No había forma de ponerse de acuerdo a quien le quedaba mejor aquello de "quiero elegir del mapa un lugar sin nombre a donde ir será el lugar donde viva lo que quede por vivir". Finalmente, se tomó una decisión salomónica: que lo canten a dúo Charlie Bermejo y Coco López. Y que se arreglen.
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