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 jueves, 25 de mayo de 2006  
Despedida. El plantel de Pekerman se presentó en un repleto Monumental antes de emprender hoy el viaje a Alemania
La convocatoria del Sí fue de la selección, que adelantó la fiesta patria

Gustavo Conti / La Capital (Enviado especial)

El partido, la excusa. El contacto con la gente, único en la historia previa a los mundiales, el motivo. Un Monumental casi repleto, sin otro color que el celeste y blanco, el marco. Los 23 jugadores y Pekerman se irán hoy del país, justo el 25 de Mayo, con la sensación de cargar con un deber patrio. Así se los hizo sentir el grito rabioso de la tribuna, que trascendió el enorme márketing montado, el atraso de la fiesta y hasta su insufrible conducción. La última práctica oficial rompió el formalismo excesivo de los últimos mundiales y se acercó más al estilo brasileño, acostumbrado a este tipo de cosas. Y como algo saben de eso de dar vueltas olímpicas, quizás sea un buen augurio.

Pitazo de Elizondo, a rodar la pelota y la escenografía que se acomodó a un partido formal, que incluso dio lugar a un ridículo duelo River-Boca en la tribuna que nada tenía que ver con lo que pasaba. El clima festivo se vivió mucho antes, desde la temprana llegada de hinchas al Monumental hasta que los jugadores fueron presentados uno a uno, mucho después de lo previsto, pero generando la empatía necesaria que seguramente cada uno de los 23 esperaba, más allá de que algunos fueron vivados más que otros.

Fueron los momentos del "vamo, vamo Argentina", del "el que no salta es un inglés", del "que vamo a ser campeones como en el 86". También del infaltable "Maradooo, Maradoo", que solía colarse en las malas pero que esta vez representó el ferviente deseo de las buenas por venir.


La hora de los aplausos
Fueron los momentos de la primera ovación a Abbondanzieri, que fue presentado primero, y a Aimar, que hizo subir el termómetro, como la de Rodrigo Palacio, Lionel Messi, Carlos Tevez y Juan Riquelme, que compitieron en las preferencias de la gente. La media hora de show se cerró con Soledad, papelitos tirados al aire por máquinas estratégicamente ubicadas alrededor de la cancha y atronadores parlantes que impedían por momentos la manifestación genuina de las tribunas.

Abajo, los carteles publicitarios perimetrales de la cancha arengaban por otro acto, el que presidirá hoy Néstor Kirchner. "La patria somos todos. El 25 vamos a la Plaza". Sin intencionalidad política que se sospeche, la selección no necesitó anoche despliegue propagandístico para lograr una conmovedora convocatoria, que consumó toda la pasión en la previa a mover la pelota porque a la hora de jugar todo el mundo se cuidó de meter la piernita. Igual la fiesta, más que reunir a todos por un éxito alcanzado, obró como vital condimento para lograr uno tan deseado. Claro, a Alemania no irán todos los que coparon el Monumental y se trató entonces de que la selección que los representa recuerde tamaño afecto por si necesita ese plus a la hora de la verdad.
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El equipo de José Pekerman posó en el Monuamental en la despedida de Argentina y el público le brindó un enorme apoyo anímico.

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