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sábado,
11 de
marzo de
2006 |
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Incómodos con la obediencia debida
La aprobación de una prórroga en la concesión del estacionamiento medido amenaza con abrir las primeras heridas en el seno del socialismo, que desde diciembre del año pasado gobierna la ciudad con el plus de contar con mayoría propia en el Concejo Municipal. Es que no todos los integrantes del bloque habrían estado de acuerdo con aprobar sin una evaluación y un debate previos la extensión del contrato con la empresa Tránsito Rosario, que gracias al guiño del Ejecutivo podrá seguir explotando el estacionamiento por dos años. Aunque a la hora de votar todos los concejales de la bancada levantaron la mano disciplinadamente, como se les ordenó desde el Palacio de los Leones, está claro que unos cuantos sólo lo hicieron para observar obediencia debida al intendente. Sin embargo, quienes tienen acceso a la intimidad de algunos ediles sostienen que varios de ellos se sintieron incómodos con la situación de votar y aprobar sin más, aunque de esa lista hay que excluir a Horacio Ghirardi, cuyo entusiasmo por aprobar la prórroga causó irritación entre algunos de sus colegas. ¿Cómo seguirá la historia?
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Las votaciones en el Concejo son raras
Otra del parlamento de la ciudad, que poco a poco va calentando motores. Las alianzas partidarias tienen después de las elecciones su correlato en los cuerpos colegiados. Así es que el Concejo rosarino mostró en su última sesión un entrelazado de voluntades que, lejos de ser sorpresivo, revela cómo serán las mayorías este año en el Palacio Vasallo. Los proyectos del oficialismo suelen ser votados por los concejales de su bloque, aunque con la excepción de un radical, Jorge Boasso, quien curiosamente renovó su mandato integrando la lista del socialismo. A un radical que no comparte los proyectos oficialistas se agrega otra radical, Daniela León, quien, si bien está en un bloque unipersonal distinto, casi siempre vota a favor. ¿Quién los entiende?
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El Senado no sesiona y Diputados aburre
El Senado provincial parece no poder retomar el ritmo de actividad que imponen las sesiones ordinarias del cuerpo. El jueves no se concretó la que debiera ser su reunión semanal porque el tema más importante no tenía despacho de comisión. Más cumplidora, la Cámara de Diputados tuvo un polémico debate para aprobar una declaración de sólo seis líneas sobre el tema carnes. Pero el grueso de la sesión se lo llevaron los homenajes y la presentación de proyectos que, con sus extensos y por momentos aburridas fundamentaciones, consumieron varias horas que difícilmente queden grabadas a fuego en la historia del cuerpo. ¿Será mejor que sesionen así ó deberían hacerlo como el Senado? |
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"Los integrantes del Centro de Estudiantes son barrabravas, con perdón de los barrabravas"
Hugo Tanno
Docente de la Facultad de Medicina
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