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domingo,
09 de
octubre de
2005 |
Rugby: Plaza no se trajo nada de La Plata
Aníbal Fucaraccio / Ovación
El desafío era grande. Era "el" partido para dar el salto cualitativo y arañar la hazaña. Pero Plaza no pudo dar el zarpazo. Fue a La Plata y le quitaron hasta el vuelto. A pesar de que no se guardó nada, el equipo rosarino quedó preso de la situación y las circunstancias excedieron su marco anímico. Por eso cayó por un inapelable 34 a 10 que lo marginó de la lucha por acceder a las semifinales del torneo de la Unión de Rugby de Buenos Aires (Urba).
El compromiso le jugó en contra. Lo ató a sus urgencias y pagó un alto precio por su falta de claridad conceptual en un momento límite. Plaza jugó mal en el partido menos indicado.
El conjunto de Baetti y Rodríguez Gurruchaga arrancó el cotejo con ansias de protagonismo. Con orden, practicó un juego de control con pases cortos que buscaba no exponer la pelota y evidenciaba el objetivo original.
Pero esa fue una imagen pasajera que se perdió rápido en el inmenso predio de Manuel Gonnet ya que enseguida el local dio vuelta la historia.
Con viento a favor, la movilidad de Pérez Michelena, los kicks de Suffern Quirno y la presión de los delanteros, se estableció con espíritu sedentario en campo plazón y comenzó a sacar réditos. Así llegaron los tries de Sarasqueta (luego de un pique que traicionó a Bartolucci) y Ramos (tras un débil tackle de Chiapero, que había entrado unos minutos antes por el lesionado Rodríguez Gurruchaga).
Plaza exhibía inconcebibles desconcentraciones y sólo pudo anotar con el pie de Todeschini. Sin dudas, en el primer tiempo la sacó barata ya que La Plata fue el claro dominador del terreno y las acciones y debió anotar más puntos. Por eso, el 14 a 3 en contra que decretó el descanso no parecía determinante teniendo en cuenta que en el complemento el viento cambiaba de dueño.
Pero Atlético seguía confundido. Si hasta Marchiaro se pasó de revoluciones y vio merecidamente la tarjeta amarilla. Más allá del vendaval de coraje en el comienzo de la segunda etapa, los rosarinos carecieron de pelotas de calidad, sufrieron en las formaciones fijas (el scrum vivió en el piso y el line fue una pesadilla) y además no consiguió volumen de juego. La Plata ganaba en cada reagrupamiento porque llegaba más rápido y así le quitó chances de reacción.
En ese contexto, los tries de Gómez Smith, Addiechi y Roan sentenciaron el pleito y desataron la locura canaria. La anotación de Ciochetto fue solamente un aislado premio a la hidalguía ya que hacía rato que Plaza había quedado afuera de la charla.
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