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 domingo, 09 de octubre de 2005  
"Fue como el Día del Juicio Final"

Para Fazal Elahi, habitante de un pueblo paquistaní, el sismo que asoló Asia ayer pareció el fin del mundo. Para su familia, lo fue.

Llorando con resignación al lado del cuerpo de su hija de 14 años, Elahi contaba la manera en que habían muerto su esposa y su hermano cuando su casa colapsó, y la manera en que había llevado a su hija gravemente herida al hospital de Mansehra. "Cuando vino el terremoto fue como el Día del Juicio Final", dijo Elahi, recordando el horror de las casas que se derrumbaban a su alrededor.

En Mansehra, se desplomaron varias escuelas y hospitales pereciendo unos 400 escolares.

Para llegar al hospital, ubicado a unos 46 kilómetros, Elahi pasó por Balakot, una ciudad de unas 20.000 personas donde el daño parecía más evidente. "Las casas en la ciudad de Balakot estaban aplastadas". El hombre de barba blanca finalmente llegó al hospital, pero su hija murió en sus brazos cuando atravesaba las puertas del lugar.

Un habitante de Hillkot, a unos 60 kilómetros de Mansehra, tuvo una historia similar, con la diferencia de que su hija sigue viva. "Todas las casas de mi pueblo fueron derribadas y cerca de 500 personas se encuentran debajo de los escombros", dijo Lugman después de llevar a su niña al hospital. Su esposa murió.

Adentro del hospital, el personal médico estaba sobrepasado por los pacientes.

Solamente ocho médicos, ayudados por un número similar de enfermeras, intentaban atender a las 800 personas que se encontraban en la guardia, los pasillos y la vereda.

Los residentes de Mansehra los ayudaban a tratar a las víctimas que llegaban de las afueras.

Hasta ahora 15 personas murieron en el hospital, pero en los pasillos se hablaba de horribles tragedias en esta parte remota de la frontera.


Cientos de niños atrapados
La gente contaba la situación de cientos de niños atrapados por el terremoto en escuelas de Mansehra y Balakot.

"Las rutas están bloqueadas desde la mañana, pero recibimos a 900 personas", dijo el médico Siddiq Ur-Rehman mientras la gente seguía llegando en autos que se estacionaban en las afueras del hospital bajo la lluvia.

El médico dijo que los servicios de emergencia no habían podido llegar a los pueblos y que se temía lo peor.

"Temo que el número de víctimas de las áreas cercanas será muy alto", explicó.

Funcionarios de la zona dijeron que el número de muertos había superado los 1.000. (Reuters)
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