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 sábado, 04 de diciembre de 2004  
Concluyeron los alegatos en el 2º juicio por la Masacre de Ramallo
Niegan que los imputados de matar al contador hayan tenido intención homicida
El defensor de Ramón Leyva y Carlos Aravena criticó la instrucción y pidió la absolución de ambos policías

María Laura Cicerchia / La Capital

"Hace cinco años fui uno de los tantos argentinos atraídos por las imágenes de televisión de lo que sucedía en Villa Ramallo. Pensé entonces, como muchos otros, que era otra vez la maldita policía. Y lo hice sin pensar que después estaría defendiendo a los policías imputados en estos hechos". El defensor oficial Mario Belfer pasó de deslizar esa impresión negativa ante la actuación policial, a realizar una encendida defensa de dos agentes que están acusados de efectuar los disparos que hirieron mortalmente al contador Carlos Santillán, uno de los rehenes de la banda que copó el Banco Nación de esa localidad en septiembre de 1999. En ambos casos, el defensor planteó que dispararon en legítima defensa ante el paso del auto en el que los delincuentes escapaban con tres rehenes y reclamó su absolución.

Con esa petición cerró ayer la ronda de alegatos ante el Tribunal Federal Oral Nº 1 de Rosario, que juzga el comportamiento de ocho policías en la denominada Masacre de Villa Ramallo. Tres de los imputados son representados por Belfer, quien pidió la absolución para el acusado de efectuar el disparo letal contra Santillán, el ex sargento Ramón Leyva. Lo mismo solicitó para su entonces compañero en el Geo Zárate-Campana, Carlos Aravena, a quien le reprochan haber herido al contador en el pecho. El tercero es el comisario Omar Rubén Isaías, imputado de no proteger la escena al detenerse el auto agujereado a balazos en el que los asaltantes quisieron escapar. El fiscal Eric Warr había pedido 16 años de cárcel para Aravena, 18 para Leyva y dos en suspenso para Isaías.

Belfer no ahorró críticas para el juez de Instrucción de San Nicolás Carlos Villafuerte Ruzo. Cuestionó que se pusiera al frente del comando táctico en el lugar cuando no tenía los conocimientos para hacerlo y que, luego del trágico resultado, no se corriera de la instrucción de la causa. Asimismo, sostuvo que hay responsables de mayor grado jerárquico que no están sentados en el banquillo. "Hubo causas políticas que hicieron arrancar mal lo que terminó peor, que llevaron a fabricar este robo imposible que conducía forzosamente al éxito policial", sostuvo.

Una vez que se adentró en la defensa técnica de sus clientes, Belfer abrió un abanico de chances para que se encuadre su accionar. Primero, postuló que el disparo adjudicado a Aravena no pudo provenir de su arma porque él estaba apostado en la vereda opuesta de la que, según la pericia oficial, provino ese balazo. Por lo tanto, dijo, debe ser absuelto porque hubo un error pericial.

Luego introdujo otra variable. Postuló que tanto él como Leyva actuaron en legítima defensa; que al sentirse agredidos por balazos reaccionaron repeliendo la agresión. Destacó que era personal de bajo rango, que fueron prácticamente abandonados a su suerte por sus superiores y que ante la irrupción en escena del Volkswagen Polo no contaban con información de que allí viajaban rehenes.

Subsidiariamente a esa calificación, barajó otras opciones: que les imputen exceso en la legítima defensa, que los acusen de un delito culposo y no doloso o que les apliquen el mínimo legal de la figura que finalmente les endilguen.

Respecto de Isaías, quien actuó bajo las órdenes de Villafuerte Ruzo como encargado de las actas, solicitó directamente su absolución al considerar que no cometió delito alguno. Isaías fue procesado por el mismo juez, acusado de no proteger el lugar donde quedó el auto y permitir que desaparecieran del vehículo un handy y una ametralladora de los maleantes.

"Yo realmente no sé por qué está sentado acá el comisario Isaías- planteó Belfer-. El recibió la orden judicial de instruir las actas. Para vigilar el auto, tendría que haber salido a la calle en medio de la balacera, interrumpir su tarea y batir un récord mundial de los 200 metros llanos, con la edad que tiene", ironizó. El lunes, a las 10.30, se escuchará la réplica del fiscal. Luego, las defensas tendrán la última palabra antes de que el tribunal haga oir su veredicto y cierre así el segundo juicio de Villa Ramallo.
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Mario Belfer dijo que hubo causas políticas que derivaron en la masacre.

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