Argentina-Sudáfrica: una historia íntimamente relacionada

Pablo F. Mihal / La Capital

La historia del rugby argentino está íntimamente relacionada con el sudafricano. Una bisagra en los hechos la constituyó la famosa gira del 65, donde Los Pumas adquieren ese mote con el que han dejado su sello en tantas tardes de gloria. No obstante, muchos equipos sudafricanos visitaron Argentina con anterioridad. Las giras de los Juniors Springboks en 1932 y 1959 sirven de ejemplo.

  Sin embargo, no es hasta 1993 que los dos representativos nacionales se miden en un partido. Fue en el marco de una gira que los sudafricanos realizaron por el país en la que jugaron seis cotejos, incluidos los dos test matches. El primero se jugó el 7 de noviembre y Argentina estuvo muy cerca de la hazaña. En la cancha de Ferro perdió la primera pulseada por 29 a 26. Los visitantes habían finalizado el primer tiempo con una ventaja de 29 a 10 pero fueron arrollados por los argentinos en el complemento. Entre test y test se presentaron en Rosario, donde vencieron al seleccionado local por 40 a 26.

  Lo mejor de los Springboks se vio en la despedida, en el holgado triunfo por 52 a 23. En ese partido las mayores virtudes de los visitantes estuvieron centradas en el excelente control de pelota, la concentración, el dominio del line y el oportunismo en la definición. Los Pumas, en tanto, carecieron de sorpresa y tuvieron problemas en el traslado de la pelota y en el tackle.

  Devolviendo las gentilezas, Argentina viajó a Sudáfrica un año después, en un periplo donde jugó seis partidos, ganó tres y perdió los restantes incluidos los dos test match en los que los sudafricanos fueron muy superiores. En el primero los argentinos cayeron 42 a 22 y en el segundo por 46 a 26.

  En 1996, los Springboks volvieron a pisar suelo nacional y en los dos enfrentamientos con Los Pumas, los visitantes ganaron fácil. La gran diferencia que existía entre los Springboks y Los Pumas no sirvió para ocultar la sensación de desorden y descuido que dejó el seleccionado argentino. En el primer test los sudafricanos se impusieron por 46 a 15 dejando en claro no solo una superioridad manifiesta sino también un mensaje: con el corazón y la garra no alcanza para ganar. En el segundo test, y a modo de despedida, con otro resultado inapelable (44-21) los Springboks cerraron el periplo.

  Así como en 1993, en el año 2000 Los Pumas estuvieron a un pasito de vencer a los Springboks. La cancha de River Plate lució el 12 de noviembre de ese año un lleno completo. El juego de Los Pumas había crecido muchísimo desde el Mundial de Gales, llegando a una instancia en el juego, donde ganar o perder era la consecuencia de una oportunidad aprovechada. Del partido, cuyo resultado favoreció finalmente a la visita por 37 a 33, hubo dos tiempos bien definidos: el primero que fue para el seleccionado sudafricano y el segundo donde Los Pumas reaccionaron, cambiaron el rumbo en algunos aspectos y terminaron jugando de igual a igual.

  En pleno altiplano sudafricano, en Springs, el 29 de junio de 2002, los Springboks no dejaron dudas y siguieron demostrando su paternidad. A pesar de sus errores y de que en varios pasajes del partido Los Pumas lo tuvieron a su merced, consiguieron el triunfo en el único test programado de la minigira que Argentina realizó por la tierra de Mandela.

  Casi un año después, en Port Elizabeth, a Los Pumas se les escapó una oportunidad única: ganaban 25-23 pero un penal de Louis Koen (que esa tarde tuvo un 100% de efectividad) en el noveno minuto de descuento dio vuelta la historia y el festejo volvió a ser para los Springboks.