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 sábado, 28 de agosto de 2004

Argentina fue el Dream Team
El equipo de Magnano derrotó a EEUU y jugará hoy la final frente a Italia

Epico, espectacular, emocionante. Cualquiera de esos adjetivos podría utilizarse para definir el triunfo que el seleccionado argentino de básquet consiguió ayer en el Estadio Olímpico de Atenas sobre el otrora poderoso Dream Team por 89-81, para meterse, por primera vez en su historia, en una final olímpica. Pero no se conforma y hoy, desde las 16, irá por la medalla de oro ante Italia, que en la otra semifinal venció a Lituania 100-91.

Fue por lejos el mejor partido de Argentina en lo que va de los Juegos, incluso mucho mejor que aquel ante Serbia y Montenegro cuando Manu Ginóbili definió con el último tiro sobre el sonido de la chicharra.

A lo largo de los 40 minutos de juego, los hombres dirigidos por Rubén Magnano desplegaron un básquetbol de primer nivel, especialmente en el plano defensivo, apoyados en una concentración del primero al último minuto.

Con excepción de los 6 minutos iniciales en los cuales Estados Unidos estuvo al frente en el marcador, el resto del encuentro fue totalmente argentino, y ese dominio tuvo un gran culpable: Emanuel Ginóbili.

Como toda estrella que se precie de tal, Manu tomó las riendas del equipo y sacó a relucir todo su arsenal, que en esta ocasión se vio ampliado por su demoledora eficacia a la hora de encestar (en el primer cuarto metió 10 de los 29 puntos de su cosecha personal).

Pero Ginóbili no estuvo sólo pues detrás suyo aparecieron sus compañeros. Por momentos fueron Juan Ignacio Sánchez (dio 7 asistencias), Andrés Nocioni (muy buen trabajo bajo los tableros en el primer tiempo) y Fabricio Oberto; en otros momentos tomaron la posta Alejandro Montecchia, Luis Scola y Walter Herrmann.

Más allá de los nombres, y salvo en algunos tramos del encuentro, lo que sostuvo a Argentina y frenó a Estados Unidos fue la actitud que mostraron los dirigidos por Magnano para pelear el partido, especialmente allá por la mitad del segundo cuarto, cuando de la mano de Allen Iverson y la potencia de sus hombres altos el Dream Team comenzó a acortar distancias.

En esos momentos los estadounidenses frenaron por varios minutos el ataque argentino (quedó clavado en 58 puntos) y fue quizá el único momento en el que sobrevolaron los fantasmas de la duda.

Pero Argentina se pareció a aquella del Mundial de Indianápolis o a la del Preolímpico de Puerto Rico, y no se dejó llevar por delante por unos Estados Unidos que ya entraban en la desesperación.

Y el mejor remedio para eso fue el goleo de Ginóbili y Herrmann (otra vez muy efectivo no bien pisó la cancha), y el trabajo defensivo, sumado a la salida de Tim Duncan por cinco faltas personales.

El último cuarto tuvo momentos de incertidumbre al comienzo, pero a medida que fueron transcurriendo los segundos el seleccionado albiceleste consiguió mantener arriba entre 9 y 10 puntos, algo que para este Dream Team fue indescontable.

Esa certeza hizo que los estadounidenses hicieran un juego que rozó lo mal intencionado y se cobró una víctima: Fabricio Oberto, quien debió salir de la cancha con una fractura en el dedo anular de su mano, que le impedirá estar en la final, luego recibir un fuerte golpe de Sthepon Marbury, quien unos instantes después le metió un cachetazo a Rubén Wolkowyski al intentar quitarle la pelota.

Los últimos segundos sirvieron para que los jugadores y el banco de suplentes festejaran por anticipado, lo que se veía venir: una histórica clasificación para la final.


Magnano dijo que nada es imposible
El entrenador del seleccionado argentino de básquetbol, Rubén Magnano, manifestó ayer que con la victoria conseguida ante Estados Unidos en una de las semifinales del torneo, sus jugadores demostraron que nada es imposible.

"Deseamos esto durante mucho tiempo. Ya ganamos una medalla, ahora nos queda un partido para ver de qué color es esa medalla. Creo que con la victoria sobre los Estados Unidos demostramos que, cuando un equipo se siente fuerte, nada es imposible", expresó Magnano.

A continuación, el entrenador argentino señaló que "Estados Unidos se vio perjudicado con la salida de Duncan, pero creo que más allá de esa situación nosotros hicimos un buen trabajo en defensa neutralizando al resto del equipo".

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Herrmann,, Fernández y Gutiérrez celebran.

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