| sábado, 21 de agosto de 2004 | Con los de la casa Gustavo Conti / La Capital Que el clásico se juegue en la segunda fecha del inicio de una pretemporada, hace que ningún análisis pueda ser determinante. Por eso, sólo vale lo mostrado en la primera fecha, y tal vez guiarse por lo que ocurrió en la preparación. En Central el debut fue peor al imaginado por lo que mostró en los últimos días de la pretemporada y se acercó más a los malos presagios del comienzo de la misma. Tanto que Púa no esperó y metió mano a fondo.
"Se acabaron los tiempos de las pruebas. Ahora voy a decidir quién está mejor y ese jugará". Claro y contundente. Así se expresó el técnico canalla luego de la derrota ante Arsenal y los que pagaron los platos rotos fueron los previsibles. Robinson Zapata el primero, porque el técnico ni siquiera lo recibió cuando llegó a Central. Alejandro Meloño el otro, porque Púa sabe que era uno de los que más estaría en el ojo de la tormenta y al no cumplir en Sarandí no lo banco. Y finalmente Matías Irace, quien juega en un puesto en el que el uruguayo pidió reforzar sí o sí. La sartén por el mango El clásico seguramente lo apuró a cambiar, como para demostrar también que es el que tiene la sartén por el mango. Y apostó por gente que tiene chapa: Petaco Carbonari, pese a los cuestionamientos de su última etapa, y el pibe Ojeda, quien fue aprobado por los hinchas en las actuaciones de las últimas jornadas del Clausura. Y por Irace pondría a Ledesma, quien le respondió jugando de volante central, una posición a la que no estaba habituado.
Central cuenta con la ventaja que, excepto Coudet y Villa (no tanto por el Chacho) jugará con futbolistas de la casa, que saben lo que se siente en un clásico. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El debut ante Arsenal dejó caras largas. | | |