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 sábado, 21 de agosto de 2004

Según la región, la oleaginosa presenta mejores márgenes que la soja
El girasol ve la luz en la nueva campaña
Directivos de Asagir esperan un aumento del área sembrada. El clima es la principal preocupación

Patricia Martino / La Capital

El girasol tiene una nueva oportunidad. Para la próxima campaña gruesa, la planta que siempre mira al sol se presenta como una alternativa económicamente competitiva para los productores que buscan diversificar su actividad y mantener ingresos interesantes. El motivo: en los lotes donde se puede hacer un girasol de 20 quintales el número económico es igual al que podría sacarse con una soja de 24-25 quintales. Con estas cifras los analistas prevén un incremento del área sembrada a nivel nacional que, si la humedad de los suelos permite continuar con la siembra, alcanzaría los 2,5 millones de hectáreas.

El escenario para los girasoleros es alentador. La baja de costos, el desarrollo de nuevas tecnologías -como las disponibles para siembra directa- las oportunidades en el mercado internacional y la promoción del consumo de los productos derivados se convirtieron en ejes fundamentales para recuperar el cultivo en la Argentina. Por eso los productores sostienen que "hay que volver a hacer los números".

Además, una evaluación realizada por la Asociación Argentina de Girasol (Asagir) arribó a la conclusión de que, a rendimientos similares, el margen bruto de girasol es mayor que el de la soja. Un análisis comparativo entre planteos de soja y girasol, considerando precios iguales, determinó que los resultados diferenciales entre ambos cultivos están dados sólo por los rindes. Por lo tanto, a rindes y precios similares, el girasol resulta un cultivo de mayor margen y estabilidad, puntualiza el estudio de Asagir.

Para poder comparar los posibles resultados económicos de ambos cultivos es necesario mirar cuáles fueron sus rindes en las últimas campañas. En los últimos 4 años el girasol rindió en promedio un 8% más que la soja. En los dos veranos más secos esta diferencia llegó al 16%, mientras que en las otras dos campañas los rindes fueron similares o con alguna ventaja para la soja.


La nueva realidad
En una conferencia de prensa durante el XII Congreso de la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (Aapresid) que se realizó en la Bolsa de Comercio, el presidente de Asagir, Oscar Alvarado, el secretario de la asociación y técnico del Inta Pergamino, Carlos Feoli, y el vicepresidente de Asagir y directivo de Monsanto, Pablo Ogallar, marcaron los cuatro temas de actualidad que hacen al nuevo contexto girasolero: la nueva oportunidad económica del cultivo, las tecnologías en siembra directa, los residuos de plaguicidas y los nuevos nichos en el mercado mundial de aceites.

Tras aclarar que la asociación no tiene como objetivo que todo el mundo siembre girasol sino hacer del girasol un negocio más competitivo para todos, Alvarado expresó su intención de compartir la realidad del negocio e instó a que frente a los números reales, la gente tome sus decisiones.

"Estamos viendo un girasol de 160 dólares la tonelada con 16% de bonificación. Tengamos en cuenta que el girasol tiene entre 49 y 50% de aceite promedio nacional, esto significa que a dos puntos por encima de la base es un 16% más de precio, lo que lleva a un precio real del girasol de 186,76 dólares la tonelada, frente a una soja que ronda los 151 dólares pero que a la vez tiene promedio nacional 98% de precio, debido a un 2% de descuento por calidad", señaló.

"Los números en función de esto nos están dando que en los lotes donde uno puede hacer un girasol de 20 quintales tiene un resultado económico igual al que podría sacar con una soja de 24-25 quintales, siempre que esa soja no tenga la necesidad de aplicarle 20 ó 30 dólares más de control de la roya", aclaró el productor tras destacar que en ese caso el rinde con el que la soja compite con el cultivo de girasol sería de unos 27 quintales.

"Esto obviamente no tiene nada que ver con las relaciones de márgenes que teníamos la campaña pasada. Pero se acerca mucho más a las relaciones históricas. En esta situación donde ha caído el precio del trigo, del maíz y de la soja, el girasol tiene un precio razonable y vuelve a quedar interesante", dijo Alvarado.

Según el titular de Asagir, en este contexto nos parece que se puede ser flexible y mirar las cosas de vuelta. "Nuestro mensaje es: haga sus números pero cubra sus precios. Si solamente va a hacer la cuenta y va a sembrar girasol en función del precio en el término sin tomar posición, cuidado. Porque quizá hace números con 160 dólares y termine vendiendo a 140, uno nunca sabe", precisó Alvarado para aclarar que, teniendo en cuenta que uno de los reclamos de los productores girasoleros es contar con una cobertura de precio, es necesario cubrirse y comenzar a darle liquidez para que se genere ese mercado a término.

"Les cuento mi experiencia, acabo de vender 500 toneladas de girasol en el término, cinco contratos, a 160 dólares la tonelada. En función de haber podido vender a este precio es que me animo a decir que este precio es cierto. Hasta hoy hay sólo 10 contratos hechos a marzo en el mercado a término del girasol", señaló el titular de Asagir.

Ogallar, por su parte, se refirió a los aspectos productivos en los que trabaja Asagir, donde el principal objetivo es incrementar la productividad del cultivo en un 20%, bajar el costo del aceite y de esta forma tener acceso a un mercado más ampliado que el actual.

"La idea es que el girasol no solamente tenga una coyuntura más favorable como ocurre en esta campaña sino que además sea sostenible y para esto es importante el aumento de la productividad", puntualizó.


El perfil tecnológico
Actualmente sólo el 30% de la producción girasolera se hace en siembra directa, bastante poco comparado con el 65% del maíz o el 80% de la soja. Sin embargo, "hoy tenemos una serie de tecnologías que le permiten al productor obtener un girasol en siembra directa con mayor rendimiento" que en convencional. "Hay que trabajar más en la comunicación sobre estas tecnologías para que el productor las pueda adoptar", destacó Ogallar.

Las tecnologías disponibles le permiten al productor que había dejado de hacer girasol porque no se insertaba en sus planteos conservacionistas volver a pensar en el cultivo. Entre las tecnologías detalladas por el vicepresidente de Asagir se destacan los girasoles Clearfield que le permiten al productor tener un control muy superior en malezas con respecto a la tecnología actual de preemergentes, algo fundamental para el cultivo en siembra directa.

Ogallar también se refirió a los avances en el tratamiento de semillas para lograr una buena implantación, a los desarrollos genéticos y de manejo orientados a incrementar la densidad de plantas y a los paquetes tecnológicos de híbridos y fungicidas capaces de dar resultados interesantes. "Los desarrollos tecnológicos disponibles nos llevan a tener la expectativa de subir de ese 30% actual de siembra directa a un 45/50% en los próximos cuatro o cinco años", señaló.

Los granos en almacenaje atraen, desarrollan y favorecen la aparición de insectos. Cuestiones de orden internacional de calidad hacen que la industria y los puertos tomen medidas cuando los envíos de físico tienen insectos. Hace algún tiempo la Unión Europea (UE) decidió endurecer la posición respecto de los residuos tóxicos por la aplicación de insecticidas encontrados en el material recibido, en el aceite crudo en particular. En UE, a partir de 2005, los niveles de aceptabilidad serán aquellos que fija el país de la UE más exigente. "La realidad es que en Argentina estamos muy desactualizados respecto de esas normas", remarcó Feoli.

El dirigente explicó que el perjuicio en este sentido son los costos por el rechazo de partidas. "Se espera que este problema pueda ser resuelto en tanto las empresas comiencen a eliminar la exigencia de adquirir material sin insectos. Ya hay dos industrias que no van a castigar al productor o acopiador que mande a las plantas girasol con insectos, no van a cobrar el hipotético tratamiento si fuese necesario, la idea es evitar el exceso", explicó el secretario de Asagir.

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Mucho por andar. En Argentina sólo el 30% del girasol se hace en siembra directa.

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