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 jueves, 05 de julio de 2007  
Multitudinarias marchas contra el secuestro en Colombia

Darcy Crowe

Bogotá.- Más de un millón de colombianos clamó el jueves contra el secuestro participando en diversas ciudades del país en marchas, cadenas humanas, misas, conciertos o batiendo cacerolas para lanzar un grito de rechazo y dolor contra el cautiverio de miles de personas.

El presidente Alvaro Uribe participó en una cadena humana en Bogotá y luego asistió a una misa en la Catedral Primada de la capital. Lució una camiseta con la leyenda “Libertad sin condiciones ya”.

Las autoridades estiman que más un millón de personas participaron en estas marchas, como un clamor ciudadano y una señal del duelo del país desde que hace una semana se anunciara la muerte de 11 ex diputados secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, en el 2002. Murieron en una acción de “fuego cruzado” con el Ejército, según los guerrilleros, lo que ha sido desmentido por las autoridades.

Los conductores tocaron sus bocinas, los trabajadores abandonaron sus oficinas y se plantaron en la calle con banderas y pañuelos blancos, mientras que cientos de miles de ciudadanos marcharon por las arterias de las mayores ciudades del país.

En Bogotá, Medellín y Cali, las tres mayores urbes colombianas, los gritos de “¡Libertad! ¡Libertad!” y el sonido de pitos y bocinas inundaron las calles.

El cantante Juanes dio un concierto en Medellín, su ciudad natal. “Seamos todos una sola voz en el rechazo del secuestro, dejar de ser coros desafinados y unirnos todos a rechazar este acto tan terrible”, dijo el artista.

En Cali, la ciudad donde fueron secuestrados los ex diputados, sus familiares participaron en una misa y luego encabezaron una marcha vestidos de blanco en la que exigieron que las FARC entreguen los cuerpos de sus seres queridos y reiteraron sus demandas para un intercambio humanitario.

Las protestas, que fueron organizadas por los gobiernos regionales y municipales, pidieron a coro el fin del secuestro y la entrega de los cuerpos de los ex diputados a los familiares, pero también se escucharon versiones encontradas sobre cómo lograr la liberación de los plagiados en manos de las FARC.

El canje humanitario “es la única salida para la tragedia que viven los colombianos”, dijo Fabiola Perdomo, esposa de uno de los ex diputados fallecidos, que habló en Cali a un grupo de periodistas .

Mientras miles de personas gritaban “Sí al acuerdo humanitario, no al rescate a sangre y fuego”, otros respondían “No al despeje militar. Libertad sin condiciones ya”, una señal de que a pesar del repudio masivo contra el secuestro, no existe unanimidad sobre cómo lograr la libertad de los secuestrados.

Mientras que familiares de los secuestrados han pedido que el gobierno cumpla con la solicitud de las FARC de realizar un intercambio humanitario por medio de un despeje militar de una zona de 800 kilómetros cuadrados en el sur del país, el presidente Uribe ha rechazado rotundamente esa opción y ha exigido la liberación sin condiciones de los secuestrados.

“Despejar esa zona es entregarles el país. No nos podemos rendir”, dijo María Crisita Iriarte, una socióloga de 60 años, que portaba una pancarta con la consigna “FARC: Asesinos y cobardes”.

Otros, sin embargo, defendieron el acuerdo humanitario y insistieron en que el gobierno debe sentarse a negociar con las FARC. “Si queremos paz y libertad tenemos que hablar. Los rescates militares y la guerra solo engendran más guerra”, dijo Camilo Mesa, un estudiante de 20 años.

Clara de Rojas, madre de Clara Rojas, quien fue secuestrada hace cinco años junto a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, dijo que espera que las protestas masivas despiertan la “compasión” de los captores de su hija.

Rojas pidió que no se “politizara” el tema del plagio y que Colombia se acordara que lo “importante es lograr la libertad” de los secuestrados y no sacar “beneficios políticos” de la movilización popular. “El país ya no aguanta más”, lamentó.

Betancourt, de ciudadanía francesa y colombiana, se ha convertido en un símbolo internacional del secuestro en Colombia, y su madre Yolanda Pulecio, reiteró la necesidad de un acuerdo humanitario. “Estoy con el alma partida... tengo terror de que continúe pasando lo mismo. Si se hubiera hecho el acuerdo humanitario como lo hemos pedido desde hace cinco años no se hubieran muerto los diputados”, dijo.

El secuestro ha golpeado a todos los estamentos de la sociedad colombiana, con personas incluso de pocos registros plagiadas por los grupos ilegales. Entre las personalidades que en el pasado fueron secuestradas se encuentran el actual canciller Fernando Araújo, el vicepresidente Fernando Santos y el ex presidente Andrés Pastrana.

Las protestas también se realizaron ante las embajadas y consulados colombianos en Nueva York, Miami, París y Roma, entre otros.

Según cifras de la fundación País Libre, que lucha contra el secuestro, unas 1.000 personas han muerto en cautiverio en la última década en Colombia. (AP)
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En Cali, miles de manifestantes exigieron la inmediata liberación de los secuestrados.

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