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| miércoles,
26 de
abril de
2006 |
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Lo anestesió
Rápido y apelando a su buena memoria, el diputado nacional Hermes Binner no tardó en responderle al vicepresidente del PJ de la provincia. Angel Baltuzzi, quien hace unos días salió en defensa de la Corte de Justicia de Santa Fe después de la crítica que una vez más formulara el socialista sobre el organismo. Por una radio local, el legislador retrucó fuerte al ex ministro de Gobierno provincial, durante cuya gestión trece presos murieron quemados en la comisaría 25ª de Villa Gobernador Gálvez como consecuencia del hacinamiento en que se encontraba dicho penal, aunque está probado que el fuego lo inició un recluso. Para Binner, Baltuzzi nunca respondió penalmente ni por daños y perjuicios a la presentación oportunamente hecha por los familiares. El remate del ex intendente fue lapidario: "Hay peronistas que bufan contra algunos salvavidas de plomo que hablan cuando deberían guardar prudente silencio para no convertirse en lastre partidario". ¿No estará exagerando el hombre de los ojos celestes?
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Nunca pisó un casino
Dicen que uno de los tres periodistas sobrevivientes en el Congreso de la Nación desde la recuperación de la democracia, Orlando Rígoli, abundaba en anécdotas sobre las grandezas y miserias de algunos diputados y senadores que desde 1983 desfilaron por el palacio mayor de las leyes. Fue días pasados durante una reunión organizada en Rosario por la Asociación de Cronistas Parlamentarios. El asombro de la audiencia llegó al límite cuando el veterano periodista relató que en una ocasión encontró ocasionalmente al entonces legislador Durañona y Vedia en un casino de Entre Ríos. Enterado de que la fortuna había esquilmado los siempre escuálidos bolsillos del hombre de prensa, el legislador liberal no dudó en prestarle doscientos pesos para que siguiera tentando el azar. Días después del episodio, Rígoli fue a devolver el préstamo como correspondía. Pero el ex diputado lo dejó sin habla cuando le dijo: "¿Qué casino, si yo nunca pisé un casino?". El veterano hombre de prensa dijo que siguió caminando en silencio por el pasillo tratando de dilucidar si se había tratado de una miseria o una grandeza del curioso personaje.
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La gran tentación
Dicen que por la Casa Peronista de calle 3 de Febrero pasó días pasados Miguel Fernández Suárez. El hombre que conduce el organismo que controla los bienes del Estado instó al grupo de asistentes a la reunión a jugar de manera decidida y con los botines de punta para el señor K. Al parecer, la convocatoria caló hondo entre los ex funcionarios y ex legisladores peronistas presentes que ya consideran seriamente sumarse a las filas de quienes tempranamente vienen promoviendo la reelección del presidente Kirchner. |
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Instantáneas del Nunca Más
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La Ciudad
