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 domingo, 26 de febrero de 2006  
Una rama del islam surgida de la lucha dinástica

El término "shiíta" deriva de la expresión Shi'at Alí, partido o facción de Alí. Cuando Mahoma murió en el año 632 no se había decidido un método para designar a su sucesor, recurriéndose finalmente a un sistema tradicional entre las tribus árabes, la elección entre notables.

Quienes tomaron partido por Alí, primo y yerno del profeta, consideraron que él era el único sucesor legítimo, ya que había sido la persona más cercana a Mahoma. Así, se negaron a reconocer a los notables sucesivamente elegidos para desempeñar el papel de califas o sucesores del profeta: Abu Bakr, Omar y Otmán.

Tras la muerte de este último, Alí será finalmente elegido califa. Sin embargo, acusado de haber instigado la muerte de su predecesor, su poder será contestado por Mu`awiya, gobernador de Siria y miembro de la familia de los Omeyas, iniciándose una guerra civil entre ambas facciones. Cuando ambos líderes aceptaron someter sus diferencias a un árbitro independiente, de las filas de Alí surgirá una tercera facción, la de los jariyíes, que no aceptaban el arbitraje. Esta facción asesinó a Alí en el 661, y el mismo día trataron de acabar también con Mu`awiya y con el árbitro, sin lograrlo.

Los partidarios de Alí pusieron entonces sus esperanzas en su hijo Hasan , que renunció al poder, y luego en Hussein, nieto de Mahoma. Este instigará una rebelión contra el poder omeya. Su muerte en el campo de batalla de Kerbala (Irak), en 680, marcará el principio del cisma entre los shiítas y aquellos a a quienes se llamará, más tarde, sunitas.

El martirio de Hussein devino un hito fundamental del shiísmo, que lo conmemora todos los años con procesiones de penitentes que se autoflagelan. Los descendientes de Hussein, dirigentes o "imanes" de la comunidad shiíta, tuvieron todos un destino trágico de cárcel y muerte.

El poder temporal planteaba así un problema, que se solucionó gracias al fenómeno de la ocultación o gayba. El séptimo imán "desapareció" y una parte de la comunidad consideró que se había ocultado por medios sobrenaturales pero que seguía vivo, hasta su regreso al final de los tiempos, con lo cual no podía sucederlo nadie. Los shiítas que creyeron en esa ocultación fueron llamados en lo sucesivo septimanos (por el número del imán desaparecido).

El resto de la comunidad, mayoritario, consideró muerto a Ismail y siguió reconociendo como imanes a sus descendientes, razón por la cual fueron llamados imaníes. Sin embargo, acabaron reconociendo su propio fenómeno de "ocultación": el duodécimo imán, según la creencia de este sector, se escapó de la cárcel por medios sobrenaturales y desapareció en el año 874. A este sector se lo conoce como duodecimano.
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