Año CXXXVII Nº 49005
La Ciudad
Opinión
Ovación
Policiales
La Región
Información Gral
El Mundo
Política
Cartas de lectores



suplementos
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 22/01
Mujer 22/01
Economía 22/01
Señales 22/01
Estilo 21/01
Educación 30/12

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 29 de enero de 2006  
[Nota de tapa]
Manga: el éxito de un cóctel caliente
Aquel solitario Astroboy hoy está acompañado por un sinfín de personajes que invadieron las comiquerías de la mano de la mano historieta japonesa. La forma de narrar, la gráfica y el manejo de una sexualidad sin tabúes aparecen como clave

Lautaro Ortiz

La decisión de algunos diarios norteamericanos de publicar a partir de este año tiras de cómic japonés (manga) -como anunciaron Los Angeles Times o Denver Post- en la misma sección de historieta que los míticos Charlie Brown y Garfield no es una sorpresa para nadie, pero sí un dato que refleja el apogeo de un arte que desde 1945 -de la mano del genial Osamu Tezuka, padre moderno del manga y creador del mayor éxito del manga: Astroboy- parece inagotable.

El manga -tal como denominan al dibujo en viñetas los japoneses- empujado por el éxito televisivo y cinematográfico del animé (dibujos animados) viene arrasando el mercado visual y gráfico no sólo en Japón (donde se venden entre 6 y 9 millones de publicaciones semanalmente) sino en la Unión Europea (en el último año la venta de mangas fue superior a los 20 millones de ejemplares anuales) y hasta en los Estados Unidos, donde se logró un récord en 2004 de 90 mil millones de dólares invertidos en productos del manga. Argentina es, junto a México y Colombia, el mayor consumidor de manga en Latinoamérica.

El secreto del manga: la elaboración de un cóctel narrativo y visual donde se cruzan los más nobles y los más bajos instintos del ser humano como el amor, el compañerismo y la amistad mezclados con un concepto de la sexualidad (el cuerpo no es visto como algo obsceno, y las relaciones homoeróticas no son tabú) que debe ser entendido como exploración y descubrimiento. Todo a gran velocidad como pasa por las cabezas de los jóvenes de entre 12 y 20 años y dinamitando la imaginación como exigen los adultos de entre 30 y 40. Una franja de lectores y consumidores de animé que encuentran, en esas figuras de ojos grandes sexualmente ambiguas, el reflejo de un mundo complejo que gira enloquecido entre lo real (equipos de fútbol o básquet, grupos de rock, estudiantes de escuela secundaria e intrigas empresariales, por ejemplo) el pasado (leyendas niponas, dragones, y mitos) y el futuro (la cibernética).

Imposible a esta altura hablar de un fenómeno. El manga es por sí solo un mercado que se expande sin medida: señales de cable, muñequitos, DVDs, lujosas colecciones de autores, juegos virtuales, trajes, revistas, cartas, remeras y hasta CDs de música de las principales bandas sonoras de los animés. En Internet los sitios dedicados al manga (foros y revistas web, entre otros) superan los 17 millones de páginas web.


El salvador
Según los dueños de comiquerías, editores, especialistas y distribuidores argentinos que dialogaron con Señales, el animé es el responsable del movimiento comercial de las publicaciones y el merchandising japonés que circulan en el país. El empuje fue dado primero a través de canales de cable como Jetix y Magic Kids (pioneros en la materia) y ahora por la señal Anímax (resultado de la compra de Locomotion por parte de Sony en 2005), dedicado exclusivamente a la emisión de dibujos japoneses las 24 horas.

La masividad de los personajes nipones (sobre todo la mítica saga de Robotech, Captain Tsubasa, Pókemon, Digimon, Dragon Ball Z, Los caballeros del Zodíaco, Evangelion y Sailor Moon) abrieron el juego para que otra vez el país cuente con una publicación gráfica especializada como Lázer que vende entre 15 y 20 mil ejemplares, cada dos meses; un sello editorial propio, como Ivréa (que compite en España); el nacimiento de proyectos independientes, como la distribuidora La Revistería, y hasta la aparición de bandas de rock que realizan versiones de los soundtrack más difundidos como Mazinger Z o Dragon Ball Z.

Por eso en las comiquerías nacionales hoy el manga ocupa el primer lugar de exhibición y es el producto de mayor venta. El éxito es tan importante que las aproximadamente 30 casas dedicadas a la venta de historieta que tiene el país encontraron en el manga una ficha ganadora para salir del apriete económico que cayó sobre ellas (la mayoría adquiere productos importados a valor dólar) en diciembre de 2001.

"El manga ocupaba antes un espacio ínfimo en las estanterías de exhibición y no podía competir con Batman o El Hombre Araña. Sin embargo en los últimos cuatro años el manga es nuestro caballito de batalla", explica Beba de Eternia Cómics, una comiquería ubicada en Lomas de Zamora (Buenos Aires), quien sostiene además que su comercio creció con el manga el 60 por ciento anual en ventas.

El mismo panorama es el que plantea Gerardo Busto, dueño de Cámelot (la más importante de Buenos Aires): "Pese a los precios sobrevaluados por la relación peso y dólar, los argentinos mantuvieron la curiosidad por las historias a cuadros, ya no por El Eternauta, ni siquiera por Batman o los Simpson, hoy son las historias del manga. El 90 por ciento de nuestros compradores se engancha a través del animé y compran manga de aventuras, sobre todo adolescentes mujeres. Gracias a ese público nosotros crecimos como negocio".

Pero el manga no sólo abrió un camino comercial, sino expandió las búsquedas artísticas. Muchos jóvenes dibujantes y guionistas se han acercado al idioma japonés para tratar de entender a fondo las historias que suelen chocar con el problema de una traducción hecha mayormente en España y otros hasta han intentado crear un manga o argentimanga como el recordado "El Regreso de Daigar", de Ignacio Rodríguez Minaverry.

La influencia del manga y sus trazos, su humor, su ingenua perversión hacen mella en los nuevos estudiantes quienes tratan de copiar modelos a través de infinidad de libros didácticos: "Cómo hacer manga" o "Aprenda a dibujar manga". En los centros de estudio japoneses que existen en Buenos Aires , aprender el idioma ha crecido un 60 por ciento desde 2002, gracias al auge del animé.


Corte de manga
La presencia de personajes asexuados, de chicos que cambian su sexo por arte de magia, que disfrutan de encuentros bisexuales, enfrentan problemáticas gay o se adentran en aventuras protagonizadas por jóvenes hermafroditas son parte de la creación del mundo del manga que desde varias décadas viene reflejando en viñetas el ahogo de la vida moderna de las sociedades.

Según el fundador de la revista "Comiqueando" y coordinador académico de la Escuela Argentina de Historieta, Andrés Accorsi, es muy difícil desentrañar la concepción política de fondo que convive en el manga: "En todo este debate, primero no debemos confundir el manga en general con el manga que se publica en Occidente, que es una ínfima fracción de la oferta real, y donde tal vez sea un poco más fácil identificar tendencias, o temáticas predominantes. A grandes rasgos, yo diría que predomina un marcado humanismo, una constante prédica por los valores humanos por encima de valores como la tecnología, el bienestar económico, o la belleza. Pero al haber tantos historietistas en actividad y con una producción gigantesca no hay nada parecido a una línea política clara que aparezca en forma global".

La sexualidad, ese erotismo marcado a fuego en el estilo japonés, debe entenderse entonces como una puerta de escape a la libertad. Este concepto de la libertad -a pesar del notorio aumento de jóvenes que se suman al manga- aún no ha sido comprendido en Argentina, sobre todo por parte de algunos editores y productores televisivos que siguen sintiendo miedo ante la aparición del sexo en el manga.

Al igual que en Colombia, México y Panamá, en Buenos Aires la censura del manga existe: el caso más famoso fue el protagonizado por el canal Magic Kids quien dejó de emitir escenas clave de la versión animé de Ranma 1/2, escrita por Rumiko Takahashi.

"El 75 por ciento de los jóvenes que leen manga son chicas que vienen a buscar en esas historias sexualmente ambiguas -advierte Gerardo Busto-, lo que la sociedad les niega ver. Hay mucho de curiosidad, pero sobre todo lo que seduce es la libertad".

"La censura -dice Beba- proviene de los padres. Hemos tenido que exigirle al chico la autorización de un adulto para no tener que pasar por situaciones incómodas, y no estamos hablando de hentai (manga pornográfico), sino de manga para chicos y chicas".

Un ejemplo, el flamante Ichigo 100%, lo más esperado del año, cuenta la historia de Manaka Junpei, un estudiante de secundaria que sueña con ser director de cine. Mientras está en la terraza de la escuela le cae del cielo una chica que le muestra su bombachita estampada de frutillas. Junpei tratará de encontrarla -obvia metáfora de la fugacidad de la belleza- a lo largo de varias aventuras con la firme decisión de levantar cuantas polleras se le crucen hasta dar con la de frutillas y filmarla.

Accorsi entiende que "el erotismo está presente en una buena parte del manga que se publica en Occidente, pero es apenas un elemento más. Hay infinidad de historietas japonesas en las que el erotismo no tiene presencia alguna. Sin embargo, la sociedad japonesa según la visión occidental es rara. Y esa rareza, en el abordaje de lo erótico, es la que resulta atractiva a los adolescentes y prepubescentes que están descubriendo y explorando su propia sexualidad. ¿Por qué estas experiencias sexuales son protagonizadas por jóvenes?, porque existe una ley japonesa que prohíbe la publicación de historietas en las que se vean genitales o vello púbico de adultos. Pero como no dice nada acerca de los menores, son frecuentes las historietas eróticas donde nenas tienen sexo con androides, monstruos o alienígenas, que tampoco se consideran adultos".


Gil o gilipollas: traducciones
Hasta el nacimiento de la editorial argentina Ivréa (manejada por Leandro Oberto), el manga llegaba al país vía España. Esos libros tenían una sola dificultad: la traducción. Muchos lectores intuían que algo estaba mal, que algo faltaba, que era poco creíble que un chico japonés llamara "gilipollas" a otro en un barrio futurista japonés. Los traductores eran escasos y malos.

"Al principio de la década del ochenta -señala José Ricardo Villarreal, de la distribuidora La Revistería- las traducciones españolas no eran tan buenas pero en los últimos años fueron mejorando, al grado que hubo una editorial española que ponía en las portadas el nombre del traductor en un tamaño mas grande que el del artista japonés para que los lectores supieran que contaban con una buena traducción".

Accorsi, que ha realizado traducciones de cómic y manga, es partidario de la postura "de convertir los informalismos y localismos del idioma original en localismos e informalismos nuestros". Eso mismo fue lo que implementó el sello Ivréa, que además sumó un glosario de términos pensando en el lector.


Lo que se busca y lo que viene
Pese a todo, el otaku (fanático del manga) no les pierde pisada a las nuevas publicaciones o DVD que llegan al país. El público: adolescentes que buscan historias para chicas (shojo-manga) o aventuras futuristas.

Entre los más pedidos están, además de Ichigo 100%, las sensuales lolitas de Ikkitousen (historia de combates de estudiantes secundarios, con humor, leyendas y sexo), éxito del autor Yuji Shiozaki. Le siguen lo nuevo de Virgin Crisis; Yuyo Hakusho; el book de Clamp (nombre de un estudio de mujeres guionistas y dibujantes especializadas y quizá lo mejor del manga en la actualidad), D.N. Angel y el mega éxito de Takehiko Inoue, Slam Dunk (tomo 23), que cuenta la vida de Hanamichi Sakuragi, un joven atorrante que de buenas a primeras se convierte en un gran jugador de básquet, con el propósito de conquistar a la chica de sus amores.

Una de las novedades de este año es el primer tomo de Pet Shop Of Horrors (Camelot Mikoshi), que narra las historias de una tienda de mascotas donde se venden mascotas poco convencionales.

En tanto, la distribuidora La Revistería tiene previsto para estos meses publicar varios mangas bajo el sello de editorial Ivréa, entre los cuales se destaca la edición de Video Girl Ai, al tiempo que continuarán con los grandes éxitos Evangelion, Ruroni Kenshin (Samurai X) y Saint Seiya (Los Caballeros del Zodiaco).

A pesar del esfuerzo realizado por las comiquerías de contar con lo más nuevo del manga, los argentinos deben esperar por lo menos uno o dos años para acceder a los más recientes éxitos en Japón. Por eso muchos jóvenes logran acceder a través de Internet a ediciones o DVDs japoneses aún no traducidos.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Fanáticos. El manga captura a sus lectores, se tatúan personajes y las coleccionan.

Notas Relacionadas
De ojos redondos y míticos samurais


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados