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 sábado, 21 de enero de 2006  
Golpe de vista. Al trascender su csao en los medios de la comunidad, la anciana consiguió del Pami una promesa para su operación
Una pensionada puso en venta su casa para pagar una operación de cataratas
Está desesperada por su precaria situación económica y de salud, y porque dice que sólo ve sombras

"Si no veo para qué quiero vivir", se quejó ayer dolorosamente a La Capital Irma Cornaglia, una señora de 84 años que pide con desesperación una operación de cataratas que le devuelva la vista. Y como recién consiguió un turno en Pami para julio de este año, puso en venta su casa para conseguir el dinero y pagarse la cirugía. "Es el único bien que tengo para ofrecer", agregó Cornaglia, con lágrimas en los ojos. La señora vive sola, perdió a su marido hace 30 años y dos hijos varones. Sólo le quedó una hija mujer, que es discapacitada, a quien debe atender con los 400 pesos de su pensión. Así que, si no fuera por algunos amigos ganados con su cálida personalidad, Irma no sabe qué sería de su vida.

Luego que Cornaglia dio a conocer su situación en los medios de comunicación, desde la Unidad de Gestión Local del Pami dijeron ayer que iban a tomar cartas en el asunto. Adelantaron también que el director ejecutivo, Juan Carlos Achilli, ya se había comunicado con el médico de cabecera de la señora indicándole una visita a su domicilio para realizar un informe sobre su estado de salud. Finalmente, con el caer de la tarde de ayer, el instituto garantizó la realización de la intervención (ver aparte).

Fue una de las miembros del círculo afectivo de la anciana quien creyó que dar a conocer la situación en los medios podía ser de gran ayuda. Se trata de Irma Brollo, quien es enfermera y estudiante de comunicación social, además de una gran amiga de la anciana. También son sus fieles amigos y cuidadores, un matrimonio compuesto por Marta y Jorge (que no quisieron dar su apellido): ella trabaja como enfermera en el Hospital Geriátrico Provincial y él es cocinero.

La rutina de Cornaglia se vio alterada ayer por los repetidos llamados telefónicos recibidos de las radios y la irrupción en su casa de medios televisivos y gráficos. "Me siento más aliviada por haber podido contar lo que me sucede, aunque cansada e inquieta a la vez por la cantidad de visitas de periodistas que recibí", contó.

A todos los periodistas les contó la misma historia. Según sus propias palabras, sólo ve sombras y necesita una operación de cataratas. "El año pasado me dijeron en Pami que recién me atenderán en julio de este año. ¿Cómo puede ser que no me tomen en consideración?", se quejó. Y como si eso fuera poco, la anciana acaba de ser operada de cadera y sufre de diabetes. La situación llegó al límite cuando, ante el desesperante cuadro, la mujer decidió poner en venta su casa de tres ambientes con garage de Necochea 3346, en la zona sur de Rosario.

Una de sus acompañantes, Marta, agregó que pidieron el turno en julio del año pasado y recién se lo otorgaron para julio de este año. "Encima en esa fecha la atenderán para darle unos lentes, y no para practicarle la cirugía".


Afecto y solidaridad
Marta, junto a su marido, conocieron a Cornaglia en el año 85 cuando eran vecinos y la anciana les cuidaba a su hija Natalia, que en ese entonces tenía un año y medio. Hoy los papeles se invirtieron y es el matrimonio el que se hace cargo de proteger no sólo a la mujer de 84 años, sino también a su hija María Inés Fernández, de 63 años, discapacitada y que hace días sufrió un accidente cerebrovascular.

María Inés está internada en el Hospital Geriátrico Provincial, donde Marta trabaja como enfermera y la mira de cerca para ver si está bien. La bondad y solidaridad de este matrimonio no tiene límites, sumado la humildad que se reflejó cuando este diario llegó hasta el domicilio de la anciana y ellos se negaron a dar sus apellidos. "Nosotros no queremos figurar, lo importante es que Irma cuente su historia y así consiga recuperar la visión", dijeron.

Al igual que esta pareja, en el día de ayer hubo otros que también se quisieron solidarizar con Cornaglia. Uno de ellos fue Norberto Galiotti, que al escuchar la noticia en la radio quiso prestar su ayuda ofreciéndole un viaje a Cuba para realizar allí el tratamiento médico en forma gratuita. Galiotti es uno de los coordinadores del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba, y dijo que intentaría incluir a la paciente rosarina en el programa "Operación milagro", que brinda operaciones de cataratas a quienes lo requieran y es desarrollado por el gobierno cubano.
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Irma Cornaglia vive asistida por sus vecinos.

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