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| domingo,
19 de
junio de
2005 |
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Candi con el embajador de Israel
-Seguimos hoy conversando con el embajador de Israel, Rafael Eldad, y hablaremos hasta del amor y los errores en la vida. Pero primero: señor embajador, ¿cree que los líderes palestinos estás haciendo los suficientes esfuerzos para desarmar a las facciones violentas?
-Bueno, suficientes esfuerzos no creo que estén haciendo. Están tratando a veces de complacer a los grupos armados; acá no hay caminos cortos y complaciendo a los grupos terroristas sólo los hace más violentos. Hay que desarmar a todos los grupos armados palestinos, hay que rechazar y condenar tajantemente en todos los medios posibles el terrorismo y la violencia y hablar solamente de proceso de diálogo, de paz, de acercamiento y de la necesidad de introducirlo en todos los medios de comunicación y en el sistema educativo para que de a poco cambie la mentalidad palestina de la violencia y del terrorismo hacia una mentalidad de paz.
-¿Le preocupa esta experiencia nuclear que lleva adelante Irán?
-Sin duda. Preocupa no solamente a Israel, sino a toda la región, a todos los países árabes, porque armas no convencionales en manos de gente fanática como quienes lideran hoy en día Irán creo que no deja dormir tranquilamente a nadie, ni en el Medio Oriente ni en otras zonas. Por eso es tan importante lo que está sucediendo ahora que hay un esfuerzo internacional para desarmar a Irán y para convencerlos de no seguir en este camino tan peligroso para todos.
-Vayamos a otro tema menos preocupante embajador. ¿Cree en el amor? ¿Qué es el amor?
-El amor es la esencia de la vida creo yo, porque vivir sin querer, sin ser querido, sin tener afectos de la familia, de los amigos, es vivir en un vacío. Casi diría un estado mecánico de la vida. Por eso el amor es tan importante, tan esencial; es el condimento, el color que se da a la vida. El amor no es un lujo sino algo fundamental en la vida de todo ser humano.
-En algún momento de la existencia todos sufrimos. ¿Cómo se supera el dolor?
-Es difícil dar consejos en eso porque es decir a uno que piense en lo positivo o que trate de confortarse con sus amigos, con sus seres queridos; eso es fácil decirlo. Pero creo que lo más importante es saber que la vida en general está hecha de buenos y malos momentos y para superar los malos momentos hay que tratar primero de construir con optimismo, con una manera serena de ver las cosas y saber que uno mientras esté rodeado de amigos, de compañeros, de familia, podrá superar muchas cosas, aun situaciones que a veces parecen sin salida. Cuando hay esta fuerza interna de la que hablaba y el apoyo afectivo se pueden superar muchísimas cosas.
-En su nivel, usted debe adoptar decisiones muy importantes. ¿Cómo se guía, qué referencias tiene para adoptar esas decisiones?
-Está tocando temas que no son fáciles de describir. No hay una receta en el sentido de que a un problema le corresponde la receta A, B o C. No es así. Muchas veces reaccionamos con cosas de las que no somos ni siquiera conscientes, así que a lo mejor yo puedo reaccionar o decidir o hacer cosas pensando en A, B, o C, pero a lo mejor hay mucho más allá otras salidas. Depende de cómo uno ha sido educado, la experiencia en la vida. Y hay que tratar también de aprender de la experiencia de otros y no solamente de la propia y tratar de apoyarse en una lectura lo más lúcida posible de la realidad, de las condiciones, de la situación para poder tomar buenas decisiones. Pero si se adoptan malas decisiones siempre se puede rectificar y por supuesto siempre tratando de nunca herir a otro, de causarle daño a otro. Nadie de nosotros es perfecto, cometemos errores, pero eso quizá también es una cosa buena en la vida en el fondo. Piense usted en una vida sin errores: no solamente sería aburrida sino que no tendría desafíos, sería como el cuento del rey.
-¿Cuál es ese cuento?
-Pues cualquier cosa que él tocaba se convertía en oro y pensaba que había logrado lo mejor, pero después comprendió que era lo peor porque tocaba la comida y se convertía en oro, tocaba a sus seres queridos y se convertían en oro. De manera que eso de los errores no hay que verlo sólo como un defecto o como algo que hay que evitarlo, sino como un eslabón más en la vida del cual uno aprende y obtiene lecciones para seguir adelante.
-Señor embajador Rafael Eldad, muchas gracias por estos dos días con nosotros y con nuestros amigos.
Candi II
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