Niños manipulables y sin diálogo fluido con sus padres

Los bolsones de pobreza y los sitios infantiles en Internet son los principales focos de reclutamiento de niños por parte de los pedófilos que producen pornografía infantil, ya sea para su comercialización, consumo personal o para entrar a las comunidades virtuales.

Para los técnicos en minoridad que estudian y combaten la problemática, los barrios pobres de América latina son verdaderos "caldos de cultivo" para el turismo sexual y la pornografía infantil.

En Argentina, al igual que en el resto de los países de la región, abunda la producción de fotos y videos caseros, que se intercambian de manera informal a través de correos electrónicos.

Los pedófilos contactan a los niños en los bolsones de pobreza, sobre todo al norte del país, y les ofrecen dinero y comida a cambio de que se sometan a sus abusos.

"Una oferta para un niño es un sandwich, porque tiene hambre", advirtió, el comandante Pedro Padilla, de la Gendarmería. "No creamos que a los nenes los tientan con un viaje a Disney", graficó.

La otra vía de contacto es la Red. Los pedófilos entran a las salas de chat infantiles, se hacen pasar por niños o se presentan como adultos que los comprenden, los escuchan, los seducen y buscan encuentros. "Prefieren chicos que sean fácilmente manipulables", destacó Dolores March, graduada en ciencias políticas e investigadora del Consejo Nacional de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes (Connaf).

Agregó que los pedófilos suelen contactarse con los niños en salas de chat y les envían pornografía para naturalizar sus acciones y que piensen que "si los demás lo hacen, es normal".

"Aprovechan situaciones de vulnerabilidad emocional. En general, son chicos que pasan muchas horas en la Web, están solos y no tienen un diálogo con sus padres".

De acuerdo con las investigaciones, los pedófilos no sólo consumen pornografía infantil sino que buscan consumar el hecho y a menudo, contratan "tours sexuales" en el país o en el exterior.