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 sábado, 06 de noviembre de 2004  
Conmoción en Medio Oriente. ¿Un nuevo comienzo para el proceso de paz?
EEUU aguarda la era post Arafat
Bush nunca vio con buenos ojos al palestino, a quien tildó de "líder fracasado" y de "mentiroso terrorista"

Hans Dahne

Washington. - Ningún premio Nobel de la paz cayó tan en desgracia en EEUU como el agonizante presidente de la ANP, Yasser Arafat. "Mentiroso, terrorista", fueron calificativos usuales del gobierno estadounidense para el alguna vez socio de paz, según informa el diario Washington Post. Por su parte, el reelecto presidente George W. Bush se refiere al palestino de 75 años como un "líder fracasado" que dispuso de su oportunidad.

A diferencia de su antecesor Bill Clinton, Bush nunca se reunió con Arafat ni le estrechó la mano. En abril de 2002, cuando Israel lo colocó en la categoría de enemigo del Estado judío tras una serie de atentados suicidas, el mandatario estadounidense lo acusó públicamente de "no haberse opuesto persistentemente al terrorismo ni haberlo combatido". Dos meses después, Bush llamó a los palestinos a elegir una nueva conducción. Para Arafat, esto equivalía a una condena a la muerte política emitida desde la poderosa capital estadounidense.

Esta condena abarcaría incluso su propia muerte física. Según reportaron medios estadounidenses, ningún alto miembro del gobierno de EEUU participaría en los funerales de Arafat, y en todo caso podría asistir el ex presidente Jimmy Carter.

Su máximo esplendor político lo vivió Arafat en la capital estadounidense el 13 de septiembre de 1993, cuando fue recibido en la Casa Blanca tras el acuerdo sobre una autonomía limitada para los palestinos en la Casa Blanca, para el histórico apretón de manos con el entonces primer ministro israelí Yitzhak Rabin.


Un mito desterrado
Un gran golpe bajo siguió en julio de 2000. Arafat partió antes de tiempo de las conversaciones de paz en Camp David, y de esa manera fue ungido como el "único y cómodo culpable", afirmó el miembro del equipo de paz estadounidense Robert Malley. Posteriormente el experto en Medio Oriente refutó el "mito" según el cual Israel ofreció todo y Arafat lo rechazó.

Al final del primer mandato de Bush, las actividades en Medio Oriente del gobierno estadounidense estaban prácticamente congeladas. Bush aceptó las medidas unilaterales del primer ministro israelí, Ariel Sharon, al igual que su visión según la cual no había un socio para la paz entre los palestinos, señalaron medios estadounidenses. Como con Arafat ya no funcionaba nada, pero sin él tampoco, la denominada "hoja de ruta", el último plan de paz para Medio Oriente, no condujo a ninguna parte, apuntaron.

En una era pos-Arafat esto podría modificarse. Como primer presidente estadounidense, Bush habló públicamente en junio de 2002 de una solución de dos Estados para Israel y los palestinos. Y también bregará por ello en su segundo mandato, se indicó.

Tras su reelección, Bush manifestó el jueves que para los "amigos israelíes" es muy importante tener un Estado palestino pacífico junto a sus fronteras y, para los palestinos, un futuro de paz y pleno de esperanzas.

Pero los expertos en Medio Oriente ponen en duda expectativas demasiado grandes sobre un nuevo comienzo tras la época de Arafat. Los palestinos estarán probablemente ocupados de lleno con la batalla de sucesión de su líder, consideró John Alterman del Center for Strategic and International Studies. En ese lapso mostrarían más tendencias nacionalistas que gestos de reconciliación.

El ex coordinador de Medio Oriente, Dennis Ross, le aconsejó al gobierno estadounidense respaldar las elecciones en los territorios palestinos, porque caso contrario no habrá una conducción legítima para las decisiones difíciles.

En tanto, el ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger abogó en la revista de noticias Newsweek por una iniciativa conjunta de Washington y la Unión Europea para revivir el proceso de paz. Esta iniciativa, asegura, podría destrabar a las "partes vacilantes".

Tanto Washington como Tel Aviv han acusado a Arafat de fomentar la violencia contra Israel, pero el líder palestino siempre ha negado estas acusaciones. El pueblo palestino quiere los territorios de la Franja de Gaza y Cisjordania, ocupados en 1967 por Israel en la guerra de Medio Oriente, para un futuro Estado independiente. (DPA)
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