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 sábado, 06 de noviembre de 2004  
El vacío de poder augura una crisis política

Carsetn Hoffmann

Gaza/Tel Aviv. - Yasser Arafat, que condujo durante décadas de forma autoritaria los destinos de los palestinos, deja un vacío de poder a sus herederos políticos. Sin su presidente -que no ha dejado sucesor- se ven amenazados por una grave crisis de liderazgo.

El "sistema Arafat", un conglomerado de intereses palestinos que ha sido criticado y que pese a las presiones internacionales sólo fue reformado en parte, es para sus herederos una pesada carga. Pese a ello, las cabezas de las principales instituciones palestinas, como el ex primer ministro Mahmud Abbas (Abu Mazen), se esfuerzan en dar una apariencia de normalidad. "Hay un acuerdo según el cual no debe haber caos", dijo ayer el vicepresidente del Parlamento, Hassan Kreishi. En la Carta Fundamental palestina está previsto un período de transición en el que el presidente del legislativo debe sustituir a Arafat hasta las elecciones, a celebrarse 60 días después. "El pueblo rechazará a todo aquel que venda los intereses palestinos", dijo el legislador de cara a los temores de que EEUU o Israel tengan influencia sobre la confirmación del futuro gobierno.

Pero uno de los problemas más acuciantes es por ahora quién controlará a las fuerzas de seguridad palestinas. En puntos candentes como la Franja de Gaza puede garantizarse un mínimo de ley y orden sólo si las bandas armadas son mantenidas dentro de ciertas barreras. "Hasta ahora las fuerzas de seguridad han rechazado este tipo de tareas porque Arafat no había dado la orden. Ahora viene la prueba definitiva", dijo un observador palestino.

Los políticos israelíes esperan que sean Abbas y el primer ministro Ahmed Qurei, que encabeza el Consejo de Seguridad Nacional, quienes tomen el timón. "Se creará una nueva dirigencia", afirmó el líder opositor Shimon Peres, quien recibió el premio Nobel de la Paz en 1994 junto con Arafat y el primer ministro israelí Yitzhak Rabin, asesinado hace casi nueve años. Abbas y Qurei son personas serias que quieren un acuerdo, añadió.

Pero de parte palestina se teme que el enojo por la situación y los intereses de grupos armados lleven a una escalada de la situación. La posibilidad de una explosión de violencia que lleve a una especie de guerra civil en la Franja de Gaza podría dar apoyos al pedido de la organización radical Hamas de que haya una dirigencia colectiva. Sin embargo, ésta es una opción que rechazan políticos moderados del movimiento Al Fatah de Arafat, porque podría radicalizar de nuevo la lucha por un Estado palestino.

Al fin y al cabo, en la muerte de Arafat se esconde también una posibilidad de comenzar de nuevo de cero, que coincide con el segundo mandato de George W. Bush en la Casa Blanca.

EEUU y la Unión Europea esperan que haya movimientos en el proceso de paz con una nueva y moderada dirigencia palestina, pero Hamas exigió ayer un gobierno conjunto de todos los grupos nacionales y religiosos para evitar un vacío de poder. Y la Jihad Islámica quiere imponer a todas las facciones en Gaza la continuidad de la lucha armada contra Israel. (DPA)
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