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 domingo, 01 de agosto de 2004

A los 53 años, sigue dando que hablar
El Flaco Traverso, con alma de campeón

José M. Petunchi / Ovación

Desde siempre el hombre desafió los límites. Está en su naturaleza. Y en eso anda Juan María Traverso, el multicampeón del automovilismo argentino, que a los 53 años, y con más de 30 sobre los autos, sigue desafiando no sólo la velocidad sobre el Torino del Turismo Carretera sino también las hojas del calendario. Empecinado en demostrar lo que ya demostró: que es uno de los mejores de la historia argentina de este deporte. Sus 6 títulos en el TC -pese a que estuvo muchos años ausentes- y sus 7 en el TC 2000 así lo certifican además de los dos en el Top Race y uno en el Turismo Italiano. Además de ser el segundo en la historia en títulos ganados en el TC, detrás de Juan Gálvez (9) en el inicio de la categoría, reúne la particularidad de ser ídolo de los hinchas de Ford y de Chevrolet, marcas con las que obtuvo tres títulos cada uno, algo que no logró ningún otro. Por eso se lo puede señalar como sinónimo de automovilismo, un sitial reservado para muy pocos. De todo esto y mucho más habló el Flaco en un extenso mano a mano con Ovacion, cuando pasó por Rosario en su nuevo rol de dirigente de la Top Race.

-¿Qué sentiste en Salta cuando hace un mes volviste a la victoria en el TC?

-Hubo muchas críticas en la previa. La realidad es que yo hacía cinco años que no ganaba, pero tres que no corría, es decir que en realidad fueron 30 carreras que corrí desde mi retiro en el 99 y en las que logré algunos buenos resultados pero no gané. Y no es lo mismo decir que son 30 carreras a decir que son 5 años.

-Sí, además en ese tiempo cambiaste de marca, de motorista ...

-Cambié de auto, de preparadores y además en esos tres años que desaparezco del TC, la categoría tuvo un cambio muy grande en la parte técnica y encontrar a la gente ideal para armar un equipo nuevo me llevó mucho tiempo. No le daba tanta importancia al chasis y a la organización y resulta que la tenían. Me gustó ganar, por supuesto, pero las 30 carreras que no gané las corrí para ganar, aunque sabía era imposible. Me criticaron. "No festejó como hubiese festejado yo", dijo alguno y resulta que yo estaba ganando mi carrera 45 en TC, entonces le digo eso y me dice no ves que sos un soberbio, mirá lo que dice.

-Con todo lo que te costó armar el equipo como decías antes, ¿esta victoria la esperabas antes?

-Sí, sí, llegó después. Por que el auto estaba ya en la carrera de Río Cuarto, cuando tuve el accidente con Ponce de León. Ese día estaba para ganar. Ya en 9 de Julio también, donde termine quinto y no gané por que tuve un problema en la serie. A partir de ahí yo sabía que tenía un auto para ganar, antes tenía sólo el deseo. Pero sabía que faltaba.

-¿Y ahora que tenés el auto pero también unos kilos de lastre, qué?

-Y ahora descubro que yo no había tenido tiempo todavía de ver cómo lo afectaba el lastre a este auto. No había hecho pruebas, y fui directamente a Buenos Aires a correr con 70 kilos y se complicó el auto. Ahora, más allá de que bajo varios, por que abandoné, vamos a hacer unas pruebas, pero para Paraná -se corre hoy- bajamos 30 kilos, con eso deberíamos estar peleando teóricamente otra vez en la punta.

-Después de Salta dijiste que le apuntabas al campeonato. Después de tu abandono en Buenos Aires y del lastre, ¿seguís pensando igual?

-Sí, por que todos los que están peleando el campeonato cometieron tantos errores, que llevó a que por primera vez el torneo no tenga un candidato definido. Hay diez pilotos que pueden salir campeón, entre ellos yo, sin pretender milagros, dentro de la lógica. Así que me tengo que poner las pilas y sumar. Además dentro de esos diez yo ya gané y hay seis pilotos que no lo hicieron, por lo cual tienen que ganar para poder ser campeón y les va a costar muchísimo. Así que la posibilidad, si bien no es cómoda, es buena.

-¿Como compatibilizas el lugar de piloto con el nuevo rol de dirigente de la Top Race, algo a lo que cuesta costumbrarse a verte?

-Y mirá... que sé yo. He renegado tanto como piloto que ahora me siento bien como dirigente tratando de hacer todo lo que pedía cuando estaba del otro lado. Pero también me cuesta cada vez que se habilita la pista, es como que miro a mis colaboradores y me quedo mirándolos como diciendo andá a buscar mi auto...

-Como que te falta algo.

-Y sí, pero no corresponde que corra en la Top Race, por que estoy metido con responsabilidad en todas las áreas. Entonces sería imposible que si yo corriera y ganara pretender que no haya nadie que levante la voz y piense que gano por que soy dirigente de la categoría. Y elijo estar de este lado (como dirigente) por que estoy terminando mi carrera de piloto.

-¿Y estando de este lado logras ser lo ecuánime o equitativo que pedías estando del otro lado?

-Y mirá, en general la dirigencia del automovilismo es bastante precaria, entonces ser el menos malo no te cuesta mucho. Pero realmente no me cuesta, sé exactamente cuales son las necesidades. Tal vez desde el punto de vista comercial es donde falle más. En la parte técnica y deportiva sé exactamente como hay que hacer.

-¿Y como andás con las relaciones públicas, algo que en ocasiones te costó bastante?

-Es muy cómico, por que como sigo corriendo en TC es que como que un fin de semana le digo al Pato Silva, por nombrar uno, vos tenés que viajar a la conferencia de prensa del Top Race o estar tal día en Buenos Aires para alguna reunión y resulta que a los 7 días me putea por algo que pasó en pista. En Salta, por ejemplo, lo pasé y lo toqué, aunque fue una maniobra absolutamente reglamentaria, y estaba todo bien en el podio me dijo otra vez me chocaste. E inmediatamente cambiar de tema y decirle lo que te conté recién.

-A propósito de lo que decías recién, ¿hasta cuando hay Traverso arriba de un auto?

-Está cerca, pero mientras siga teniendo ganas de subirme a un auto y ganar carreras seguiré adelante. Veremos hasta cuándo.

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Traverso repasó su trayectoria con Ovación.

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