Arneg hace negocio con el supermercadismo regional

Piero Carletto: "Pese a la devaluación resulta difícil exportar"

La compañía espera crecer por encima del 50% en 2004, pero se queja de las retenciones a ventas externas

Después de años de desinversión, el sector supermercadista en la Argentina vuelve a tomar impulso, principalmente de la mano de los mayoristas y de las cadenas de supermercados regionales. Un fenómeno que mostró algunas señales el año pasado pero que se consolida a medida que avanza el 2004 y muestra perspectivas aún más favorables. Es la visión de Piero Carletto, director general de Arneg Argentina, quien en una charla con La Capital, oficia de interlocutor de las máximas autoridades de la compañía a nivel mundial, quienes estuvieron la semana pasada en Rosario con ocasión de celebrar el décimo aniversario de su desembarco en la región.

Después de un fuerte proceso de reorganización y capitalización, la planta local desde el año pasado expandió sus negocios fronteras afuera: colocó productos en Hong Kong, Singapur, Sudáfrica, Taiwán y en América Latina. Espera repetir en el 2004 la performance del año pasado, crecer por encima del 50%. El grupo a nivel mundial factura más de 350 millones de euros y posee 15 plantas en cuatro continentes y planea abrir dos más.

Pero todas no son loas. Luigi Finco, presidente y fundador de Arneg, deja en claro su malestar por las retenciones a las exportaciones y la falta de apoyo, a través de financiación, de los gobiernos para que las empresas puedan colocar productos con valor agregado en terceros mercados.

-¿Cuáles son las perspectivas para el 2004?

-Carletto: Después de reorganizar la planta, la producción y la parte comercial de Arneg en América Latina, en el 2003 cerramos con un aumento superior del 50%, y estimamos un crecimiento superior al 30% por encima del crecimiento del año pasado, pero las expectativas son superar el 50% en la facturación. Principalmente de la mano del supermercadismo regional y el segmento mayorista, más que de los grandes grupos. También de las exportaciones.

-¿Y la capacidad ociosa actual?

-Actualmente estamos trabajando al 50%.

-¿Cómo buscan cubrir esa capacidad?

-Tanto en el mercado interno como externo, ya que estimamos que se producirá una recomposición en el sector del supermercadismo después de un par de años donde no hubo mantenimiento y muchas bocas habían sido cerrado. Ahora, en cambio, están reapareciendo proyectos de apertura e inversión en reposición de infraestructura.

-¿Cuál es la tendencia a nivel mundial?

-A diferencia de lo que sucede en la Argentina donde algunos grupos están sobreexpandidos, a nivel mundial continúa la tendencia de mayor concentración del mercado minorista y son estas cadenas quienes siguen realizando inversiones.

-La moneda devaluada facilita la exportación, esas ventajas se reflejan en los negocios?

-Estamos exportando a toda América Latina y países de Asia y Africa. El euro es una penalización en estos momentos. El peso devaluado facilitó la generación de un crecimiento en las exportaciones, pero la Argentina penaliza por la falta de credibilidad de las instituciones en comparación con otros mercados, además de los crecientes costos de los fletes. Ahora exportar de la Argentina hacia otros continentes es más caro por los fletes que exportar desde Europa.

-También hay dificultades para encontrar barcos.

-Totalmente, por primera vez en 15 años no hay fletes directos de la Argentina sino que sale todo por Brasil. La sobreoferta de commodities hace que haya poco espacio en las bodegas. Antes los barcos venían de afuera llenos con 2.000 contenedores y se iba con mil, hoy la ecuación es a la inversa, esto hizo que se dupliquen los costos de los fletes en el último año y medio. Además China concentró fuertemente la demanda de barcos. Todo esto está haciendo que la ventaja cambiaria se fuera diluyendo. A lo que hay que agregar las desventajas que representan en la ecuación las retenciones del 5% a las exportaciones a los bienes de capital y toda la burocracia que esto genera.