Acusan a la torre de control tucumana por dar mal las coordenadas a una aeronave

La avioneta colisionó contra un cerro limítrofe con Salta el viernes pasado y sus tres ocupantes fallecieron

Un amigo del empresario que murió el pasado viernes, junto a otras dos personas, al estrellarse su avioneta contra un cerro en Tucumán, responsabilizó ayer a la torre de control del aeropuerto Teniente Benjamín Matienzo por suministrarle mal las coordenadas de vuelo al piloto. "Dos instructores de vuelo de la Fuerza Aérea y cuatro pilotos comerciales en ejercicio confirmaron que Rubén Groisman se confió en la planificación de vuelo que le dieron desde el controlador del vuelo y chocó contra el cerro Medina", afirmó Roberto Berganza, amigo del ejecutivo que murió en el accidente. Groisman viajaba en un Pipper Séneca hacia Salta cuando la avioneta impactó contra el cerro.

"Vamos a entablarle juicio al aeropuerto y a la persona que haya dado las instrucciones o contra el responsable, sea quien fuera", advirtió Berganza. El Benjamin Matienzo pertenece a la cadena de Aeropuertos Argentina 2000 y está ubicado a 8 kilómetros del centro de San Miguel de Tucumán. El encargado de la terminal aérea, Julio Argañaraz, se negó a realizar comentarios sobre la denuncia de Berganza. "Hay una investigación en marcha y primero debe elevarse al juez que investiga el caso el informe sobre las causas que provocaron el accidente", comentó Argañaraz.

El avión -en el que junto Gorisman viajaban su amigo, Juan Carlos Collinet y el piloto, Antonio Césped- salió a las 4 del viernes de San Fernando y tuvo el último contacto con la torre de control del Benjamín Matienzo a las 10.20, oportunidad en la que informó que seguiría adelante. Luego desapareció de las pantallas de radar.

Aunque la tarea de rescate fue complicada a raíz de la espesa vegetación de la zona montañosa del cerro Medina, limítrofe con Salta, finalmente, el avión fue encontrado el domingo y los cuerpos pudieron ser recuperados y traslados a la capital tucumana, adonde se los depositó en la morgue judicial. El juez federal Jorge Parache y una comisión policial se trasladaron hasta Río Nío, localidad ubicada a 80 kilómetros al norte de San Miguel de Tucumán situada al pie del cerro Medinas, adonde fue hallado el Piper PA-34 del empresario Groisman.

Berganza aseveró que las instrucciones fueron transmitidas por radio -del aeropuerto a la nave-, "todo lo cual está grabado, razón por la que, al menos, la familia sabe que la responsabilidad la tienen los de la torre de control y no Rubén ni sus compañeros". Berganza sostiene una hipótesis contraria a la de los peritos, según los cuales el accidente se debió a la nubosidad (ese día llovía) y al hecho de que el avión habría estado volando a 1.500 metros de altura sin instrumentos, en una zona con muchas nubes, cuando se habría encontrado con la ladera de la montaña. (Télam)