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 miércoles, 11 de febrero de 2004

Cómo impacta el proyecto entre los de 18 y 30 años
La futura ley seca ya divide la opinión de los jóvenes rosarinos
Los que se oponen dicen que los quioscos venden más barato. Para los que la apoyan bajará el consumo de alcohol

¿Estás de acuerdo con que se prohíba la venta de alcohol en Rosario entre las 23 y las 8? Esa fue la pregunta que le hizo ayer La Capital a cincuenta jóvenes de entre 18 y 30 años. Ellos -que no podrán comprar bebidas alcohólicas en súper, maxiquioscos y almacenes de la ciudad si se aprueba esta ley seca- tuvieron la posibilidad de mostrarse a favor de la iniciativa con un "sí" o rechazarla con un "no". Las respuestas fueron muy parejas, por eso el resultado final casi no mostró diferencias: 24 manifestaron estar de acuerdo y 26 se opusieron al proyecto que el Concejo se dispone a sancionar el 19 de este mes y que ya cuenta con el aval del intendente Miguel Lifschitz para promulgarlo.

Hasta ahora, la iniciativa de prohibir la venta de alcohol entre las 23 y las 8 cosechó defensores y detractores. Para el presidente del Concejo Municipal y autor del proyecto, Agustín Rossi, la ley seca evitará que los jóvenes se queden bebiendo toda la noche en la puerta de los maxiquioscos, tal como sucede actualmente sobre todo los fines de semana.

El propio Lifschitz aseguró anteayer que apoya el proyecto. "Ni bien el Concejo apruebe la ley seca, al otro día la promulgo", manifestó con firmeza el intendente.

Otra voz a favor de la iniciativa se sumó ayer, cuando este diario consultó al director del Centro de la Juventud, Diego Berretta: "Si bien no estoy de acuerdo con las prohibiciones, me parece una buena propuesta por la violencia instalada en las calles de la ciudad. Eso sí, para que dé resultados tiene que haber un eficiente poder de policía".

Mientras, en la vereda de enfrente, se encuentran los dueños de estos comercios que deberán restringir la venta de alcohol por nueve horas. Ellos argumentan que esta ley seca provocará la "pérdida de fuentes de trabajo y obligará a muchos locales a cerrar sus puertas".

Quienes hasta ahora no habían dado su opinión son los jóvenes; y ayer lo hicieron. La Capital les dio a cincuenta chicos la opción de votar a favor o en contra de la ley seca, que se aprobaría el 19 de este mes en el Concejo. En el conteo final casi no hubo diferencias: la balanza se inclinó por el rechazo a la iniciativa, pero por un solo voto.


Los fundamentos
Los argumentos de los que no están de acuerdo con la ley son variados, pero se centran en que perjudica a aquellos que "beben en forma controlada" y "no soluciona el problema del alcoholismo en los jóvenes". Guadalupe Sicco tiene 25 años y no está para nada conforme con la restricción de vender alcohol. "La seguridad pasa por otro lado, no por perjudicar a los comercios. Esta norma afecta a jóvenes como yo, que voy tranquila a tomar algo con mis amigos. Ir a un bar cuesta mucho más caro", dijo la joven.

De hecho, la razón por la cual los maxiquioscos y minimercados empezaron a captar consumidores es porque las bebidas alcohólicas son más baratas. Por eso el fundamento de la mayoría de los que se oponen al proyecto se basa en que "alcohol se va a tomar igual, y encima más caro porque habrá que ir a un bar o al boliche".

Es que la iniciativa establece que dentro de los negocios como bares, restaurantes, confiterías y boliches, o a través del sistema de venta a domicilio (delivery) sí se puede vender alcohol.

"Voy al minimercado porque es más barata la cerveza. Tomo algo pero no quedo tirado por ahí. Con dos porrones ya empiezo a sentirme un tanto mareado, así que paro ahí", soltó Fernando Cejas, de 23 años.

Entre los jóvenes también están los defensores de la ley seca, y son en su mayoría aquellos que no toman bebidas alcohólicas. "La solución es que a los pasados de alcohol los acompañe un patrullero a su casa. Así, cuando vean qué se hace con los borrachos se van a empezar a controlar con la bebida", opinó Silvana Giorgi, de 24 años.

A ella se sumaron Evelyn y Natalia Majul, de 18 y 21 años respectivamente. "No puede ser que no puedan divertirse sin una botella de cerveza o vino en la mano", dijeron. Y en cuanto a la venta dentro de los boliches, las hermanas detallaron que "la mayoría toma afuera, pero con un trago que le agregan en el boliche salen destruidos, los tienen que sacar en carretilla", graficaron.

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Los minibares no podrán vender alcohol entre las 23 y las 8.

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