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domingo,
04 de
noviembre de
2007 |
Nutrición
Claves para una dieta saludable
Parece que azúcares, cerdo y huevos no son tan malos como se cree. Dos especialistas echan luz sobre los alimentos “prohibidos”
Belén Travesaro / La Capital
Hay alimentos que tienen mala prensa y no son tan malos como se cree. Hoy los especialistas en nutrición aconsejan costeletas de cerdo para una dieta, no prohiben el huevo y hasta permiten una cuota de azúcar y edulcorantes. Así las personas no sufren tanto para bajar de peso. La clave no es prohibir determinados alimentos sino enseñar a reducirlos en cantidad y no cargarlos de aderezos.
A pesar de los últimos descubrimientos científicos que reivindican a la hamburguesa, el huevo, el cerdo, el azúcar y el edulcorante, existen todavía muchos mitos en torno a lo que es una dieta saludable. Para desterrarlos Mujer consultó a la magister en tecnología de los alimentos y coordinadora de la licenciatura en nutrición de la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU) en Rosario, Ana Clara Martino y a la endocrinóloga Cristina de la Mata.
Uno de los mitos más arraigados es que la carne de cerdo es menos saludable comparada con la de vaca. “Es al revés, la primera posee un mejor perfil lipídico, es decir, una proporción menor de ácidos grasos saturados, por eso recomiendo consumir carnes con baja cantidad de grasa, sean de bovinos o porcinos”, dijo Martino, mientras de la Mata agregó que “la grasa de cerdo se parece más a la de pescado”.
Las grasas naturales (pescado, cerdo, leche, manteca) se dividen en saturadas e insaturadas y las llamadas trans son artificiales, es decir que se generan mediante tecnología con el fin de hidrogenar los aceites vegetales.
Algunas de las fuentes de las grasas trans que son malas para la salud son las margarinas, las tapas de tartas y empanadas, los productos de panadería y galletitas.
¿Por qué las trans son dañinas para la salud? En palabras de de la Mata, alteran el equilibrio entre los distintos tipos de grasas: las monoinsaturadas (aceitunas), poliinsaturadas (aceites) y saturadas (animales). “Un estudio alemán descubrió un déficit de desarrollo auditivo y visual en niños de madres que durante el embarazo habían ingerido mucha margarina”, destacó la profesional que es docente titular de Clínica Dietética en la licenciatura de nutrición de la UCU.
Gracias a que el Código Alimentario Argentino ordenó a mediados del año pasado que las empresas alimentarias rotularan los alimentos con grasas trans, muchas industrias se vieron obligadas a disminuirlas.
Otro alimento que sale del banquillo de los acusados es la hamburguesa. Según las especialistas, sólo se puede cuestionar a las que poseen mucha grasa, pero hay otras que la tienen en baja proporción. Por sí sólo no es malo, el asunto es cuando se lo sobrecarga con jamón, queso y huevo frito, sumándole así tres proteínas animales, aclararon. Aconsejan comerla al plato con ensalada.
Lo mismo ocurre con el huevo. Durante muchos años se dijo que era nocivo para la salud cuando se lo consumía en exceso hasta que investigaciones del exterior demostraron que la yema no hace daño al colesterol de las arterias, agregaron.
Azúcar y edulcorantes<
No prohibir el consumo de azúcares y edulcorantes sino administrarlos fue una de las conclusiones a la que se llegó en una reciente reunión en Buenos Aires donde se presentó un consenso científico acordado en Bruselas el año pasado. Se realizó en la Asociación Médica Argentina y estuvo organizada por Oldways, organización internacional sin fines de lucro y la Federación Argentina de Graduados en Nutrición.
Entre los ejes del acuerdo figuran que el azúcar es esencial para los procesos básicos de la vida; la evolución humana hace de lo dulce un sabor placentero lo que nos lleva a buscar alimentos y bebidas azucaradas y el manejo de las calorías por medio del equilibrio entre las consumidas y las gastadas es la única manera de obtener y mantener un peso adecuado.
Acerca de este tema de la Mata y Martino pusieron especial énfasis en la necesidad de saber administrarlos para que contribuyan a una dieta saludable sin sobrepeso y explicaron que cuando se ingieren en exceso el paladar se acostumbra a lo dulce y cada vez pide más azúcar. Esto ocurre con los alimentos que tienen azúcar y edulcorante como los jugos en sobre y con los productos que poseen resaltadores de sabor (yogures). Además los resaltadores llevan a sentir el sabor por más tiempo en la boca, lo que provoca más ganas de comer. Consecuencia de esto, agregó de la Mata, se pierde el placer por los sabores genuinos dulces como el de las frutas, imprescindibles en una dieta.
Las profesionales cuestionaron a un endulzante más barato que el azúcar y malo para la salud. Se trata del jarabe de maíz alta fructosa utilizado en algunas mermeladas que ofrecen un sabor “superlativo” en relación a las caseras. ¿Por qué es malo? “Burla los metabolismos normales de la insulina y el cerebro no registra que ha ingerido hidrato de carbono, por lo que siente que este nutriente le sigue faltando. Esto lleva a ingerir calorías extras”, explicó.
Entre las fuentes más comunes de este jarabe están todas las gaseosas. Además puede aumentar los niveles de glucosa en sangre, la insulina y triglicéridos (grasas que pueden tapar las arterias). Si bien la idea no es eliminar lo dulce de la dieta, no deben faltar los vegetales, frutas y hortalizas, indispensables para conservar la salud.
Finalmente remarcaron la importancia del ejercicio físico. “Si no se realiza y no se quiere subir de peso hay que comer demasiado poco con el riesgo de padecer carencias nutricionales”, aclaró finalmente la endocrinóloga.
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