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 domingo, 28 de octubre de 2007  
Furia de primavera. La caída se fue produciendo por etapas, algo que causó aún más incertidumbre en el personal
En Canal 3 no hubo heridos por milagro
La antena, de 237 metros, cayó cuando en la empresa había unas 20 personas

A pesar de la caída de la antena de 237 metros de la planta transmisora de Canal 3, donde también funcionan Radio 2 y FM Vida, la suerte estuvo del lado de los trabajadores. Nadie resultó herido teniendo en cuenta que a la hora de la tormenta había una veintena de personas, entre operadores, locutores, periodistas, técnicos y administrativos. Todo transcurría normalmente hasta que un fuerte estruendo heló la sangre de casi todos los empleados. Muchos de ellos, a más de 12 horas del incidente, todavía no salían de su espanto.

A primera hora de la mañana, mientras las autoridades y el personal especializado evaluaban los daños y se retiraban algunos restos de la antena, se hicieron presentes en el predio de Presidente Perón al 8100 el gobernador Jorge Obeid, el gobernador electo Hermes Binner, el intendente interino Miguel Zamarini, el secretario de Gobierno municipal, Juan Carlos Zabalza; el diputado Antonio Bonfatti, el concejal Horacio Ghirardi, y el padre Ignacio Peries, entre otros. También se acercaron periodistas y locutores que trabajan en la empresa.

La conductora de “De 12 a 14”, Analía Bocassi, contó a La Capital: “Estábamos trabajando en FM Vida cuando sentimos el estruendo y vimos que el techo temblaba. Quisimos salir y el viento empujaba la puerta para adentro; buscábamos un lugar donde escondernos porque pensábamos que el techo se nos iba a caer encima. Como la antena se fue desmoronando de a poco, cada vez que caía una parte grande se derrumbaba un poco más de techo”.

“No sabés qué hacer”. Bocassi agregó: “En esos momentos uno no sabe qué hacer y todos decíamos algo distinto. Tuvimos mucho miedo y nos sentíamos completamente indefensos e impotentes. Es como en una cacería y vos pensás que al que le toca, le toca. Había gente muy shockeada. Imaginate que algunos estaban en la planta alta del edificio y tuvieron que tirarse debajo de los escritorios. Realmente es un milagro que estemos todos bien. Creo que fue el destino o la mano de alguien que hizo que en el momento de la caída no hubiera gente en los estudios. Fueron sólo cinco minutos, pero los peores de la historia”, resumió.

“Se movía todo”. Un productor de la empresa contó que “a las 19.30 se sintió el viento muy fuerte, que movía todo”, y agregó: “Salimos al pasillo y allí sentimos la explosión y vimos una nube de polvo que avanzaba desde el estudio grande hacia nosotros. Pensamos que había caído un rayo pero cuando nos asomamos a la puerta advertimos que era la antena. Toda la gente que había en las radios y en el canal dejó sus lugares de trabajo y se refugió en el pasillo. Lo importante es que teníamos luz gracias al generador de electricidad, pero no había teléfonos y muchos se desesperaron porque no podían comunicarse con sus seres queridos para saber noticias de ellos o tranquilizarlos”.

Por su parte, otro periodista contó que el susto por el derrumbe de la antena fue mayúsculo. “Sentimos un estallido tremendo y salimos corriendo al pasillo. Hubo mucha angustia por lo que le pudiera haber pasado a algún compañero. Por suerte vimos que estábamos todos bien, pero por unos minutos sentimos miedo porque el viento seguía siendo muy fuerte. Y oíamos ruido a metales, o sea que la antena no cayó de una sola vez, sino que lo hizo en dos o tres”.



A pesar de la caída de la antena de 237 metros de la planta transmisora de Canal 3, donde también funcionan Radio 2 y FM Vida, la suerte estuvo del lado de los trabajadores. Nadie resultó herido teniendo en cuenta que a la hora de la tormenta había una veintena de personas, entre operadores, locutores, periodistas, técnicos y administrativos. Todo transcurría normalmente hasta que un fuerte estruendo heló la sangre de casi todos los empleados. Muchos de ellos, a más de 12 horas del incidente, todavía no salían de su espanto.

A primera hora de la mañana, mientras las autoridades y el personal especializado evaluaban los daños y se retiraban algunos restos de la antena, se hicieron presentes en el predio de Presidente Perón al 8100 el gobernador Jorge Obeid, el gobernador electo Hermes Binner, el intendente interino Miguel Zamarini, el secretario de Gobierno municipal, Juan Carlos Zabalza; el diputado Antonio Bonfatti, el concejal Horacio Ghirardi, y el padre Ignacio Peries, entre otros. También se acercaron periodistas y locutores que trabajan en la empresa.

La conductora de “De 12 a 14”, Analía Bocassi, contó a La Capital: “Estábamos trabajando en FM Vida cuando sentimos el estruendo y vimos que el techo temblaba. Quisimos salir y el viento empujaba la puerta para adentro; buscábamos un lugar donde escondernos porque pensábamos que el techo se nos iba a caer encima. Como la antena se fue desmoronando de a poco, cada vez que caía una parte grande se derrumbaba un poco más de techo”.

“No sabés qué hacer”. Bocassi agregó: “En esos momentos uno no sabe qué hacer y todos decíamos algo distinto. Tuvimos mucho miedo y nos sentíamos completamente indefensos e impotentes. Es como en una cacería y vos pensás que al que le toca, le toca. Había gente muy shockeada. Imaginate que algunos estaban en la planta alta del edificio y tuvieron que tirarse debajo de los escritorios. Realmente es un milagro que estemos todos bien. Creo que fue el destino o la mano de alguien que hizo que en el momento de la caída no hubiera gente en los estudios. Fueron sólo cinco minutos, pero los peores de la historia”, resumió.

“Se movía todo”. Un productor de la empresa contó que “a las 19.30 se sintió el viento muy fuerte, que movía todo”, y agregó: “Salimos al pasillo y allí sentimos la explosión y vimos una nube de polvo que avanzaba desde el estudio grande hacia nosotros. Pensamos que había caído un rayo pero cuando nos asomamos a la puerta advertimos que era la antena. Toda la gente que había en las radios y en el canal dejó sus lugares de trabajo y se refugió en el pasillo. Lo importante es que teníamos luz gracias al generador de electricidad, pero no había teléfonos y muchos se desesperaron porque no podían comunicarse con sus seres queridos para saber noticias de ellos o tranquilizarlos”.

Por su parte, otro periodista contó que el susto por el derrumbe de la antena fue mayúsculo. “Sentimos un estallido tremendo y salimos corriendo al pasillo. Hubo mucha angustia por lo que le pudiera haber pasado a algún compañero. Por suerte vimos que estábamos todos bien, pero por unos minutos sentimos miedo porque el viento seguía siendo muy fuerte. Y oíamos ruido a metales, o sea que la antena no cayó de una sola vez, sino que lo hizo en dos o tres”.


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Al venirse abajo, la antena también obstruyó el paso por la calle.

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