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domingo,
21 de
octubre de
2007 |
Faltan respuestas en todos lados
Por si hacía falta, la derrota ante Vélez reflejó que los problemas de Central no tienen que ver con la suerte, con las brujas ni con los números de las camisetas. Es una cuestión de falta de jerarquía, individual, colectiva, deportiva y dirigencial.
Los canallas siguen últimos en el Apertura. No lograron ninguna victoria en el Gigante y el promedio se acostumbró a bajar de peso. La sucesión de malos resultados envolvió a todos en el lodo de la endeblez y la falta de confianza.
Los culpables de esta situación están en todas partes. Los dirigentes sumieron al club en un caos vergonzoso. Ischia no encuentra respuestas en el plantel ni en el pizarrón. Tampoco tiene el respaldo institucional. Su continuidad es un verdadero misterio. El equipo pierde porque juega mal. Con línea de tres atrás, con la conducción del Kily o con cualquier dupla de ataque. No es cuestión de nombres.
Ischia no la pega, es cierto. Pero sus jugadores tampoco lo ayudan, sobre todo los más experimentados. El Kily ayer discutió más de lo que jugó y se fue expulsado por insultar al asistente Claudio Rouco. Arzuaga no escarmienta. Entró al área y pensó más en el penal que en hacer el gol.
Así las cosas no van. Es imposible. No hay referencias claras ni adentro ni afuera de la cancha. Por eso Central se acostumbró a perder.
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