|
domingo,
21 de
octubre de
2007 |
Crónica de “cinco minutos de locura”
La mamá de Jesica pide absoluta reserva antes de recibir a La Capital en una casa a medio construir y en un comedor donde aún quedan restos del almuerzo. “Limpio en una casa desde hace años, la patrona es buena pero tengo miedo de que por todo esto me eche, no pongas nuestros nombres por favor”, dice la mujer de apenas 40 años y cuatro hijos, que está acompañada por otras hijas y sobrinas.
La palabra “miedo” saldrá de boca de la mujer en más de una oportunidad. “Mi hija tuvo cinco minutos de locura, si hasta bautizó a la bebé Candela Milagros, pero no es mala. ¿Usted qué cree, que mi hija quedará presa? Tengo tanto miedo...”, repite antes de adelantar que mañana mismo buscará una psicóloga para su hija y de remarcar que “por ahora” volverá a vivir con ella (Jesica vivía hasta hace dos días con la familia de su novio en la villa de Granadero Baigorria conocida como Remanso Valerio).
Todas aseguran que Jesi está descansando porque “está muy mal”, cuentan que “ha llorado” y “está arrepentida”. También hablan de ella antes de todo este “mal trago” que dicen no entender. “Jesica es dulce, divertida, habla mucho, baila. Ama a los chicos, su hermana de 2 años es la luz de sus ojos”, cuenta la mujer. Y otra hermana agrega: “Siempre quiso ser mamá, hoy nos acordábamos de que siempre que escuchábamos la noticia de un bebé abandonado Jesica decía: «¿Por qué no lo habrán dejado acá?»”.
Las mujeres siguen sorprendidas. Sostienen que no sabían que ella había perdido el último embarazo y reconocen que las engañó al decirles que había roto bolsa en el colectivo. Dicen que se pusieron contentas al enterarse de que Jesica había sido mamá, pero que también sospecharon de su historia al ver las noticias en la televisión.
enviar nota por e-mail
|
|
|