El remate de un geriátrico en Victoria dejaría a muchos ancianos en la calle

La residencia debe 200 mil pesos a la Afip por lo que sería subastada en forma inminente. Directivos y personal luchan para salvar la institución y pidieron ayuda al gobierno entrerriano

Lizi Domínguez / La Capital

Victoria.— El denodado esfuerzo del personal y la comisión directiva del geriátrico Edad de Plata de esta ciudad no es suficiente para salvar a la céntrica residencia del remate, dispuesto a raíz de una deuda de casi 200 mil pesos que la institución mantiene con la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip). Queda la incógnita de cuál será el destino de los ancianos de escasos recursos que allí se alojan, en el caso de que se subaste el inmueble.

   Desde el 2000 se acumulan los juicios iniciados y ganados por el organismo y hasta hoy la subasta del inmueble de Bartoloni 382 es inminente, dado que ya se ha dictado la sentencia de remate, con martillero público asignado.

   Festivales y peñas folclóricas a beneficio, venta de bonos contribución, rifas, empanadas, pastelitos y campañas de captación de socios son algunas de las actividades que se están organizando para recaudar fondos, pero el dinero obtenido sólo alcanza para vivir el día a día. Tampoco basta la ayuda alimentaria y los 2.300 pesos mensuales que el gobierno entrerriano aporta para el pago del personal, teniendo en cuenta que allí trabajan cinco empleadas por un sueldo de 1.400 pesos cada una.



Pedido de ayuda. Sin eco hasta el momento, los responsables del asilo piden ayuda a los distintos estamentos gubernamentales entrerrianos no sólo para mantener la institución, sino para que se instrumente alguna forma de pago que permita saldar a largo plazo la deuda e impida el cierre definitivo.

   “Solicitamos que se revea la situación porque estamos al borde del colapso. La Afip ha perdonado a grandes empresas y no considera este caso, que involucra a gente necesitada. De todas maneras, no pedimos una exención de la deuda sino que nos den alguna prórroga para pagar y más ayuda provincial”, expresó Rosa de La Barba, tesorera de la Edad de Plata.



Falencias. El geriátrico, fundado en 1973, cuenta actualmente con 25 internos en su mayoría de escasos recursos y que no pueden valerse por sí mismos. “Esta es una entidad sin fines de lucro y no se cobra una tarifa fija, por lo que cada abuelo paga lo que puede. Sus familias sólo se hacen cargo de algunos medicamentos que deban tomar y el resto de los insumos corren por cuenta de la institución”, comentó Enzo Torriggiani, socio fundador y activo colaborador de la casa.

   El edificio, ubicado a una cuadra y media de la plaza principal, también tiene varias falencias. “Logramos comprar la pintura para pintar el frente, pero no tenemos para la mano de obra. Hicimos los planos para instalar el gas natural, pero no contamos con fondos para hacerlo”, agregó Torriggiani.

   “Evidentemente no tenemos suerte, pese a que pedimos ayuda, el gobierno provincial no nos ha tenido en cuenta al momento de traer subsidios para algunas instituciones de Victoria. Algunos vecinos colaboran, pero con la suba de los precios cada vez se nos hace más difícil paliar las necesidades básicas y lo que más necesitamos son donaciones de comida”, señaló La Barba.



Incertidumbre. La lucha diaria de quienes se encargan del cuidado de los ancianos y de la administración de la residencia se vuelve más angustiante ante la posibilidad de que la misma deba cerrar sus puertas, y el consecuente el riesgo de que los internos queden en la calle.

   “Ni el hospital geriátrico público Domingo Cúneo ni el resto de los privados de Victoria tienen capacidad para albergar a todos estos abuelos, que además sufrirían terriblemente el desarraigo porque ésta es su casa”, advirtió la tesorera.

   “En caso de no poder salvar la Edad de Plata, necesitamos garantías en cuanto a dónde van a ir a parar los ancianos y en esto el Estado tiene que hacerse cargo”, concluyó La Barba. l

El geriátrico, ubicado en Bartoloni 382, se halla en la zona céntrica de Victoria. Fue fundado en 1973 y alberga a unos 25 angustiados ancianos. Desde el 2000 el residencial acumula juicios.